viernes, 12 de noviembre de 2010

El ‘verdugo de Bolzano’, Michael Seifert (1924-2010)

Eusebio Val (La Vanguardia)

Tema: Historia

Ex criminal de guerra nazi, vivió durante decenios en Canadá hasta su condena y extradición a Italia.
El reloj biológico está acabando con ellos. Han sido el rostro vivo, durante largos decenios, de uno de los episodios más execrables de la historia. Están a punto de extinguirse los últimos criminales nazis que cumplen condena. Uno de ellos, Michael Misha Seifert, de 86 años, falleció en la madrugada del pasado sábado en el hospital civil de Caserta, en el sur de de Italia.

A Seifert se le conocía como el verdugo de Bolzano, un ex miembro de las SS hitlerianas que se había refugiado en Canadá y que fue extraditado a Italia, ya anciano, para rendir cuentas con su pasado.

Seifert había sufrido una caída en la cárcel, hace unas semanas, fracturándose el fémur. Su fallecimiento se debió a complicaciones derivadas de aquel accidente. Había sido condenado a cadena perpetua en el 2000 por crímenes cometidos en los campos de concentración de Fossoli y Bolzano, durante la ocupación nazi de Italia.

Nacido en Landau (Ucrania), en 1924, en el seno de una familia de origen alemán, a Seifert se le condenó por haber torturado y asesinado a al menos dieciocho civiles en campos de tránsito de prisioneros en el norte de Italia, cerca de la frontera con Austria, en 1944 y 1945. Al final de la Segunda Guerra Mundial consiguió huir a Canadá y se estableció en Vancouver. Se casó y tuvo un hijo. Años después logró la nacionalidad canadiense, que todavía conservaba a su muerte.

Siempre intentó despistar sobre su verdadero origen. Afirmaba haber nacido en Estonia. En el 2000, un reportaje publicado en el diario Vancouver Sun desveló su verdadera identidad. La extradición a Italia no se produjo hasta febrero del año 2008.

El abogado de Seifert, Paolo Giachini, fue el encargado de comunicar la muerte de su cliente, a quien calificó de “un viejo enfermo que no debería estar en la cárcel”. Giachini arremetió contra los jueces que lo condenaron y contra los “extremistas” de la comunidad judía romana, “que no han dejado nunca de demonizar a estos ancianos alemanes”. Giachini es también el abogado de otro criminal de guerra nazi aún más conocido, Erich Priebke, de 97 años, organizador de la matanza de las Fosas Ardeatinas. Priebke todavía vive –en aparente buena salud– y se halla en arresto domiciliario en Roma, aunque se le permiten desplazamientos por la ciudad.

Según declaró a la agencia Ansa Per Lionello Bertoldi, presidente de la Asociación de Partisanos de Bolzano, parte civil en el proceso contra Seifert, después de su muerte “queda el valor de la sentencia que reconcilia a los hombres con una justicia que durante demasiado tiempo se plegó a la realpolitik de la guerra fría, dejando las acusaciones en el armario de la vergüenza”. Bertoldi dijo confiar en que el poco tiempo pasado en la cárcel haya servido para que Seifert reflexionara sobre los “horrores que en su juventud infligió a otros jóvenes hombres y mujeres”. Según el abogado acusador Gianfranco Maris, Seifert no sólo fue un ejecutor de órdenes, sino “un intérprete de la voluntad de aniquilación”.

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