miércoles, 24 de noviembre de 2010

Los palestinos, élite en Honduras. La comunidad árabe cristiana que empezó a emigrar en 1840 ha llegado a dominar la economía del país

Tomás Alcoverro (La Vanguardia)

Tema: Honduras
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Los hondureños levantan cada mañana los ojos para escrutar el cielo con el miedo de que la tormenta pueda convertirse en huracán. Los huracanes son tan apocalípticos que se han transformado en agentes que precipitan la historia de esta república centroamericana, como el huracán Mitch de 1998. Por suerte, el Matthew de hace unas semanas transcurrió sin dejar a su paso devastaciones enormes. Puentes, carreteras, pueblos y barrios de ciudades, que aquí llaman colonias, se desmoronan bajo la fuerza de los huracanes.

Los hondureños viven entre este pánico, siempre latente, y el miedo de asesinatos, crímenes, robos y violentos expolios que cada vez provocan innumerables muertos en este país. San Pedro de Sula, la gran ciudad portuaria del norte, es aún más peligrosa que Tegucigalpa. Los criminales de estas bandas de hombres y adolescentes, llamadas maras, matan para robar un arma, un teléfono portátil, un automóvil, e incluso asesinan a pleno sol a albañiles encaramados en andamios de una casa en construcción para quitarles el jornal.

Nadie es capaz de remediar esta situación, ni el Gobierno del presidente Porfirio Lobo, ni la Iglesia católica ni las pujantes comunidades evangélicas, con sus programas de reinserción social. Lobo, además, aún se enfrenta con las consecuencias del golpe de Estado del año pasado contra el presidente Zelaya ya que los partidarios del derrocado político han constituido una poderosa resistencia con la que el jefe del Estado trata de negociar.

Honduras es una nación extensa de ciento doce mil kilómetros cuadrados, poco poblada, con sólo siete millones de habitantes, y una impotente fuerza policial de diecisiete mil agentes. Es lástima que debido a la omnipresente criminalidad sea casi imposible hacer turismo si no es en las islas de la Bahía, como Roatan, que presume ser la isla de uno de los legendarios capitanes piratas del Caribe. Me desaconsejaron visitar Comayagua –la antigua capital colonial– e incluso los vestigios mayas de Copán.

En esta república bananera vive una importante comunidad árabe, palestina predominantemente de rito griego ortodoxo, procedente de los pueblos cristianos de Belén, Beit Yala, Beit Sahur, de las tierras de Cisjordania. Empezaron a emigrar a partir de 1840, cuando todavía eran súbditos del imperio otomano, por lo que aún a veces los llaman turcos, y especialmente desde 1940. Eran buhoneros, pequeños comerciantes que al principio se establecieron a la sombra de las grandes compañías estadounidenses de explotación, instalándose sobre todo en la costa norte, en San Pedro de Sula, donde fundaron el Club Árabe Hondureño.

Tenían por costumbre regresar a Palestina a la hora de buscar esposa y volvían ya casados. A consecuencia de la guerra de 1948 y de la fundación del Estado de Israel, estos árabes que mantenían viva una ideología de migración permanente, pese a ser muy celosos de su éxito comercial, se arraigaron, encontrando aquí su tierra prometida. Según algunos estudios publicados en 1989, hay 175.000 hondureños de origen palestino, aunque esta cifra es exagerada. Se han ido confundiendo con la población local, occidentalizando, a veces, sus nombres, y adaptándose a su estilo de vida.

En la década de los ochenta sus más descollantes familias –Facuse, uno de cuyos miembros fue presidente de la república entre 1984 y 1990; Kafati, Katan, Larach, Hasbun...– constituyeron el grupo más poderoso de la economía nacional. Empresarios, estancieros, hombres de negocios, ejercen también una fuerte influencia política.

En un almuerzo del embajador de España, Ignacio Rupérez, antes embajador en Bagdad, asistieron varios ciudadanos de origen palestino, entre los que había ex ministros y ex embajadores, pertenecientes a la élite local. A menudo han dejado de hablar en árabe, pero no se han desvinculado completamente de su origen oriental. En el almuerzo –en un día tenebroso, en el que los hondureños temían los estragos de un nuevo huracán–, los comensales disentían como todos los habitantes de esta república a la hora de evaluar lo ocurrido el año pasado, que unos calificaban de golpe de Estado y otros de evolución constitucional.

En Honduras siguen pendientes de las catástrofes naturales, de los crímenes callejeros diarios que canales de televisión y periódicos exhiben con sus morbosas imágenes sangrientas, así como de la suerte de la honda crisis política que se convirtió además en rompecabezas diplomático internacional.

“¿Y quién diablos va a leer el segundo párrafo?”

Ángel Gabilondo (El País)

Tema: Educación

En la película de Billy Wilder Primera plana (1976), el reportero Hildy Johnson redacta una noticia y olvida mencionar en la entradilla que se trata de una exclusiva que ha descubierto su propio periódico. Su jefe, Walter Burns, le recrimina que haya desplazado texto abajo el importante dato. Y lo hace con una frase que es ya de referencia: “¿Y quién diablos va a leer el segundo párrafo?”.

Desde la década de los setenta, los retos y las circunstancias han cambiado mucho, y Primera plana es una película centrada en los aspectos menos edificantes de los medios de comunicación, como la tendencia a la manipulación o el sensacionalismo. Sin embargo, aunque le pesase saberlo al director Burns, su frase sigue estando vigente porque la historia de estos medios ha sido y aún es la de una lucha permanente por que la sociedad lea, escuche o vea más, más allá del primer párrafo y más allá de las primeras impresiones. La del periodismo (al menos del buen periodismo) es una batalla para que todos lleguemos al fondo de las cuestiones y comprendamos incluso aquello que no es cómodo para ninguno de nosotros. No es fácil decir sencillamente sin simplificar. Pero de eso se trata.

Cada vez se hace más necesario leer más allá del titular. Vivimos en un mundo crecientemente complejo y globalizado, donde supuestamente priman valores colectivos, universales, y donde las circunstancias personales se encuentran gradualmente más entrelazadas con un entorno antes lejano. Una crisis financiera se origina en mercados internacionales y en grandes corporaciones extranjeras, pero termina introduciéndose en el hogar y en la economía real de cada casa. Por eso hay que estar cada vez más pendientes del contexto. Y del texto (léase imagen, o archivo de audio, o bit) que lo describe, o lo recrea.

Lo mejor que los medios pueden hacer por el mundo es explicarlo y comprenderlo, relatarnos sus avances y descubrirnos sus aspectos menos evidentes, llamándonos la atención cuando se dé la espalda a realidades que no son agradables. Los periodistas están llamados a ofrecernos, más allá de lo que se nos quiere contar, su mirada crítica. Para descifrar hay que escuchar. Y mucho. Esta es la esencia de su labor, y necesitamos de su generosidad, de su sacrificio y de su buen hacer diario para procurar tal espíritu. Cuando la sociedad no es crítica, cuando se desconoce qué cabe ofrecerse y exigirse, no existe una verdadera democracia. Y esta tarea nos implica a todos.

Se ha debatido mucho sobre las auténticas responsabilidades de los medios. No faltan quienes dudan de que la prensa tenga en realidad la obligación de participar en la tarea de educar, pero es incontestable que educación y comunicación confluyen una y otra vez. Sin comunicación no hay educación. Y quizá en cierto modo pueda decirse que sin educación no hay verdadera comunicación. La comunicación, no la mala propaganda, es clave para la adecuada participación.

En las escuelas, universidades y centros formativos pervive la cuestión abierta de qué es educar. Y la respuesta no es significativamente distinta. Podemos reducir la tarea de los profesores a la mera transmisión de información, pero los buenos maestros saben que además de ello deben enseñar a pensar, a realizar preguntas, a valorar, a tomar posición, a hacer crecer con aportaciones propias esa información que han recibido. Esto es, deben alentar a los estudiantes a pasar del primer párrafo educativo que se les ofrece y, si es posible, a ser capaces de mejorarlo, de continuarlo o de escribir el propio. Leer de verdad es reescribir.

Celebramos el bicentenario de la libertad de imprenta en España. Es una fiesta de la libre expresión y del libre pensamiento. Una iniciativa como El País de los Estudiantes, que ahora cumple diez años, es un buen modo también de celebrarlo. En ella confluyen dos planos igualmente necesarios: se enseña a los estudiantes a hacer su publicación, adquiriendo competencias como el trabajo en equipo, pero también se les enseña a conocer los intereses que pueden tener los medios, las presiones que afrontan y lo mucho que cuesta garantizar contenidos de calidad, variados y plurales. El resultado es que los participantes aprenden a valorar mejor, más críticamente, la información que reciben cada día. Y a discernir, y a elegir, y a preferir. Una vez más, el buen conocimiento comporta competencias y valores.

El sistema educativo tiene la obligación de colaborar para mostrar que la información de calidad es necesaria y difícil. El buen periodismo es siempre un esfuerzo por llegar al fondo y aún más allá, o más acá. Forma parte de nuestro Estado de bienestar como lo son la igualdad de trato ante la ley o el derecho a la atención sanitaria. No consintamos que se debilite o desvirtúe.

Toda la comunidad educativa realiza numerosas actividades para concienciar a los estudiantes de la importancia del periodismo y para aprender a reconocer y valorar el trabajo bien hecho. El Ministerio de Educación otorga los Premios Nacionales de Fomento de la Lectura de la Prensa Escrita y lleva años elaborando materiales didácticos que ayuden a niños y jóvenes a entender cómo deben acercarse a los medios e interpretar el mundo. Los ciudadanos somos conscientes de la labor decisiva de los medios para la educación, recordando que con ello se propicia también la formación como derecho irrenunciable para todos.

En estos tiempos de crisis económica, la tentación de ofrecer panoramas negativos sobre la educación es muy frecuente, e incluso hemos escuchado voces que hablan de la formación como una opción inútil para encontrar empleo y para lograr el bienestar personal y social. La conclusión lógica de los estudiantes al recibir tales mensajes es que no merece la pena el esfuerzo de seguir estudiando. Pero es una conclusión errónea y nefasta. Si desalentamos a quienes se esfuerzan por formarse, si no esperamos de ellos, no esperarán de nosotros. Ni responderán.

La formación no garantiza sin más un buen puesto de trabajo en contextos de crisis, es cierto. Pero también lo es que una persona con formación tiene mayores oportunidades de encontrar empleo y un mejor empleo. Según reflejan los datos del INE, de los 4,1 millones de parados que existían en España en 2009, los egresados universitarios representaban solo un 10%, y ese porcentaje es un 5% inferior que el del año 2005. Es decir, que el número de parados universitarios ha aumentado en los últimos meses en cifras absolutas porque lo ha hecho el paro en general, pero en valores relativos las personas con enseñanza superior están cada vez menos expuestas que las demás al desempleo. También la formación profesional reduce un 25% las posibilidades de estar desempleado, según un reciente informe elaborado por el Ayuntamiento de Barcelona.

Pueden criticarse aspectos del sistema educativo actual, pueden ofrecerse cifras negativas, pero también hay datos importantes de éxito y deben conocerlos los estudiantes para no tomar la decisión equivocada de abandonar en momentos adversos. Y hay otros datos igualmente alentadores, como que las diferencias de remuneración y de posibilidades entre hombres y mujeres se reducen cuanto mayor es el nivel de formación: una mujer con estudios primarios puede llegar a ganar un 62% de lo que obtienen sus colegas masculinos, mientras una licenciada gana al menos el 75%. Alentadores, aunque aún insuficientes. Y, aún más decisivo, la educación es clave para el desarrollo personal y tiene un enorme valor civilizatorio.

Este es el mundo hacia el que vamos, y no está mucho más allá de 2020. La Comisión Europea y los Gobiernos han comenzado a hacer cálculos e informes para concluir que ya para entonces se valorarán crecientemente las competencias y las habilidades, el conocimiento de los idiomas, la iniciativa y el emprendimiento, la disposición a salir al extranjero, el adecuado desenvolvimiento intercultural. Viviremos en un mundo donde el 80% de los puestos de trabajo de la Unión Europea requerirán una cualificación media o alta, un mundo donde la demanda de personal con alta cualificación llegará a los 16 millones de personas.

Muchos de esos puestos de trabajo de elevada cualificación que se requerirán todavía no existen, pero estarán probablemente vinculados al empleo verde (energía y sostenibilidad), al empleo blanco (cuidados sanitarios y dependencia) y al empleo azul (desarrollo tecnológico). La formación profesional, que también se ofrece como educación superior, es fundamental para trasladar al ámbito educativo las nuevas necesidades del mundo laboral y las nuevas demandas sociales.

El Plan de Acción 2010-2011 en materia educativa, ya en marcha, vertebra toda la estrategia del Gobierno en el ámbito de la formación, incluye varias medidas que inciden en tareas aquí señaladas. Dentro del objetivo centrado en lograr el éxito educativo de todos los estudiantes se incluye la firma de convenios y acuerdos con medios de comunicación para que incluyan en sus programaciones espacios de formación en comprensión lectora. El objetivo relativo a la convivencia y a la educación en valores recoge la necesidad de impulsar medidas que favorezcan los procesos democráticos y participativos, en especial mediante la implicación de las familias y de los medios de comunicación en el apoyo al trabajo del profesorado.

Conscientes de la importancia de los medios de comunicación, hemos de reconocer el alcance de su tarea educativa. Mirada crítica, contexto, fondo, conciencia social, desbordan los límites de una frase. Periodistas y responsables educativos compartimos esos objetivos básicos y sabemos que los siguientes párrafos, las miradas de más alcance, son fundamentales para conseguirlo. Recordemos juntos lo necesario que es formarse para saber leerlos y no quedarse en la fuerza de los titulares, consignas o eslóganes, sino buscar conjuntamente, mediante la reflexión y el análisis, lo que nos acompaña a decidir, a vivir. La lectura del periódico nos abre a los otros y nos saca del limitado horizonte de nuestras impresiones inmediatas. Y para enseñar a leerlo, nada mejor que la experiencia de aprender a escribirlo.

La falsa integración. La vida de nueve alumnos discapacitados revela que la escuela tradicional no les sirve

J. A. Aunión (El País)

Tema: Educación

La solución no es enseñarles aparte sino mejorar métodos y apoyos.

-Lo que yo más recuerdo, el día que me dijeron que me tenía que ir a una clase de apoyo y ahí me encontré con los chavales esos.

-Y eso, ¿con cuántos años fue?

-Con seis años, y eso, y yo lo que pasa que ahí me sentía útil, ya los profesores de apoyo me mandaban cosas, tareas iguales que ellos, que es con lo que yo me podía defender, y ahí me sentía útil, me sentía bien (...). Eso es como si tú coges a un futbolista y lo pones de buenas a primeras en el Manchester, por poner un ejemplo, y los managers del Manchester se llevan muy bien con él, pero ahí metido juega fatal, y ahora está el otro equipo, el Recreativo de Huelva (...) y ahí juega muy bien y esto y lo otro, es donde se siente bien jugando, en el equipo inferior porque ahí se ve importante.

Esta es parte de la historia de Sergio, un chico con discapacidad que aparece en un estudio de la profesora de la Universidad de Sevilla Anabel Moriña. Junto a la de Sergio, las experiencias escolares de otros ocho chicos y chicas con discapacidad (intelectual, del habla, de audición, de visión y de movimiento) llevan a la docente a advertir de que la integración de estos alumnos en las clases ordinarias no funciona si el único esfuerzo que se hace es reunirlos en una misma aula con el resto de compañeros.
Pero sin un apoyo adicional, dice el artículo titulado Vulnerables al silencio. Historias escolares de jóvenes con discapacidad y publicado en el último número de la Revista de Educación, se van a sentir más cómodos en clases o centros para chicos con su misma discapacidad, porque acaban siendo los menos traumáticos y hostiles. Ahí se sentirán más integrados, pero será una falsa integración. "Aunque estos centros sean para ellos los más integradores, no dejan de ser especiales y segregadores, es decir, son falsos contextos integradores. En este sentido, la educación tradicional tiene que cambiar. Es necesario revisar y mejorar las prácticas para hacer de estas aulas lugares en los que todos los jóvenes se encuentren seguros, acogidos y formen parte de una verdadera comunidad social y académica", concluye el artículo.

Lo más traumático para los chicos discapacitados en las clases ordinarias es, sin duda, la relación con los compañeros. La siguiente es parte de la historia de Desiré:

-Me trataban fatal. Los compañeros no se querían poner al lado mío (sic) nunca.

-¿Y por qué te lo hacían?

-No sé, me verían cara de mongolita o algo... No se querían poner al lado mío (...) me miraban con mala cara.

Así, las buenas relaciones de amistad y socialización les llegan en clases de apoyo o de educación especial. Cuenta Sergio:

-Y en el recreo, ¿con quién te ibas?

-Con los de apoyo.

-¿Con los de apoyo siempre? ¿Por qué?

-Porque yo me sentía ya igual que ellos.

Una parte de la investigación se hizo a base de entrevistas con los nueve jóvenes, que en el momento del estudio (realizado entre 2004 y 2007 dentro de un proyecto titulado La construcción del proceso de exclusión social en jóvenes) tenían entre 18 y 25 años. El texto advierte de que su finalidad "no es generalizar sobre las opiniones y percepciones expresadas por estos jóvenes", sino "identificar aquellas barreras y ayudas que ellos" han vivido en la escuela.

Y una parte de las barreras estaba en la falta de apoyo de los profesores. Relata Blanca:

-Por ejemplo, la profesora de lenguaje que nos daba todo por escrito y todo eso... y yo le decía que escribiera más despacio en la pizarra, y ella decía que no podía perder tanto tiempo. (...) Y si me paraba me reñía, así que tenía que pedir los apuntes a mis compañeros.

Para Blanca, la ayuda tampoco fue en ocasiones adecuada ni siquiera en las clases de apoyo:

-Yo le pedía a la logopeda que me ayudase a redactar y a resumir, y ella me decía "mira, eso a mí no me corresponde; a mí lo que me corresponde es las fotocopias que te doy (...)".

Así, resume el texto: "Las historias de esta investigación hablan de la limitada contribución de este colectivo [los profesores] a la inclusión social y académica de estos jóvenes, ya fuera por la pasividad ante sus necesidades educativas y sociales (como la ausencia de actividades educativas para determinado alumnado, inflexibilidad ante cambios metodológicos, ignorancia o permisividad ante insultos y humillaciones recibidas por sus compañeros y compañeras, etcétera) como por una excesiva atención, no demandada". Es decir, o se pasaban o no llegaban.

Por supuesto, se trata de una atención extremadamente complicada, sobre todo si hay que compaginarla con infinitos niveles de aptitudes y capacidades que se pueden encontrar en cualquier clase. Y aun así, por supuesto, siempre hay buenos docentes:

-Valoro los profesores que me han tocado buenos, porque han estado encima mío (sic) apoyándome, diciéndome "siéntate en la primera fila para yo explicarte mejor las cosas" (...). Recuerdo de ellos la paciencia conmigo. (Historia de vida de Sergio).

-O sea, decían, por ejemplo, "hay que estudiarse esta lección", y venían a ayudarme a estudiarla, a ponerme más facilidades para aprenderlo. (Historia de vida de Luisa).

Pero al final, por mucho que haya profesores buenos, lo que parece evidente es que el sistema no consigue sacar adelante a la mayoría. Se percibe con claridad entre los chavales de la muestra: de los nueve, solo dos consiguieron el título de ESO, y, de estos, solo una ha llegado a la universidad. Pero también dicen algo parecido las estadísticas generales. Es decir, que la mayoría de los discapacitados se van quedando en la cuneta a medida que cumplen años: en Primaria, los alumnos con discapacidad son el 2,3% del alumnado; en la ESO, el 1,9%, y en Bachillerato y Formación Profesional, el 0,1% y el 0,2%, respectivamente, según los datos del Ministerio de Educación.

Donar el esperma no es ser padre (de momento). En buena parte de Europa se ha retirado el anonimato en los tratamientos in vitro

Jaime Prats (El País)

Tema: Salud

España no se plantea levantar el secreto.

Daniel, de 32 años, es donante de semen. Hace 10 meses su pareja tuvo un hijo gracias a un óvulo cedido por otra mujer y él, "para devolver el favor", ha decidido donar sus gametos a una clínica y ayudar así a otras personas con problemas de fertilidad.

El anonimato de Daniel, así como el de la madre biológica de su hijo, está protegido por la ley española. Pero no sucede así en el resto de Europa. Francia ha sido el último país del continente en plantearse levantar la protección de la identidad de estas personas. Inglaterra, Suecia, Austria, Alemania o Noruega ya lo han hecho. También Finlandia, donde la ley permite conocer al otro progenitor a partir de los 18 años.

¿Podría suceder lo mismo en España, uno de los países líderes en reproducción asistida del continente? Hay quien, como Antonio Requena, director médico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), sostiene que no es una cuestión que se esté planteando. "Por mi experiencia, ni donantes ni progenitores son partidarios de levantar el anonimato". El Ministerio de Sanidad no contempla cambios sobre la protección de la identidad. Pero el hecho de que no se hayan previsto cambios a corto plazo no implica que no vayan a producirse más adelante. Existe una marea creciente de reconocimiento de derechos individuales en Europa y, como apunta Fernando Abellán, asesor jurídico de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), "es probable que llegue a España y se acabe limitando el anonimato".

"Un cambio en la ley española para revocar el anonimato sería un paso atrás y dificultaría mucho las donaciones", comenta el secretario de la SEF, José Antonio Castilla, "sería el fin del modelo tal y como está planteado en España y sucedería lo que ha pasado en Reino Unido". "Todo ello, al margen de otros problemas jurídicos que pueden derivarse", abundan desde el Ministerio.

Reino Unido modificó su ley de reproducción asistida en 2005 y revocó el anonimato para los donantes a partir de esa fecha. El resultado fue una caída en picado de las donaciones y, en consecuencia, de los tratamientos y la calidad asistencial. Los datos de la Autoridad de Fertilidad Humana y Embriología británica reflejan que de 9.000 tratamientos con donaciones de semen en 1992 se pasó a 2.000 en 2007. "Hay tan poca oferta que de 100 libras han pasado a pagarse 1.200 (1.400 euros) para las donantes de ovocitos", relata Castilla.

En Suecia se ha detectado una emigración de pacientes a Dinamarca, donde se mantiene en secreto la identidad de los donantes. Uno de los grandes beneficiados de este turismo reproductivo ha sido España. No solo por mantener el anonimato. La legislación es una de las más progresistas de todo el continente frente a países extraordinariamente restrictivos como Italia, donde está prohibida la donación de gametos. "En España no se implantó el anonimato para favorecer la donación, sino porque el legislador entendía que este acto era una muestra de altruismo sin ninguna vinculación emocional", relata Federico Pérez Milán, presidente de la SEF. "La idea era que la persona no se comprometiera más allá de lo que supone la donación".

El anonimato, junto a la gratuidad, son los pilares sobre los que se ha levantado el exitoso programa de donación de órganos español. Y este sistema es el que inspiró las leyes de reproducción asistida de 1988 y 2006 y la normativa de donación de gametos (semen y óvulos) y embriones. El modelo de donación de órganos evita tanto el choque emocional de que se conozcan las familias del donante y el receptor, como la posibilidad de donación inter vivos, por el riesgo del comercio de órganos. Con estas premisas, se aplicó el mismo patrón a la donación de gametos, que también se consideró como un acto altruista. Existe una gratificación, pero se considera un pago por las molestias que supone el desplazamiento y, en el caso de las mujeres, el tratamiento de estimulación ovárica y la punción para extraer los ovocitos. La Comisión Nacional de Reproducción Asistida fija una cantidad de referencia (30 euros en la donación de semen y 800 de ovocitos) para evitar guerras de precios entre clínicas, así como la mercantilización de este acto.

El resultado de este modelo ha sido que España se ha convertido en el tercer país de la Unión Europea en actividad, con más de 55.000 ciclos de fecundación in vitro al año, de los que unos 10.000 corresponden a pacientes extranjeros, según estimaciones de la SEF. Además, las tasas de éxito de sus clínicas y hospitales son de las más altas en términos generales, entre el 30% y el 35% de embarazo por intento.

La Ley de Reproducción Asistida de 2006 solo contempla tres excepciones al secreto de la identidad. Un "peligro cierto" para la vida del hijo o "cuando proceda" en una investigación criminal. La tercera es más ambigua: que el peligro cierto sea para la salud del hijo. Fernando Abellán teme que esta cláusula se convierta en un resquicio que permita saltarse el anonimato. "Puede ser un coladero a medio plazo, como fue el supuesto de la salud psíquica de las embarazadas en el caso del aborto". Abellán teme que adolescentes con problemas familiares y "deseosos de encontrar un nuevo entorno afectivo", soliciten certificados psicológicos que avalen problemas de salud mental para localizar al padre biológico. "La salud psicológica puede convertirse en un cajón de sastre que permita a chavales de 16, 17 y 18 años conseguir localizar a sus padres", comenta.

Los partidarios de levantar el anonimato apelan a dos argumentos. Uno es de tipo legal. El otro, de naturaleza psicológica, enlaza con las reflexiones de Abellán. ¿Existe una necesidad emocional de conocer los orígenes personales? Para Jesús Palacios, catedrático de Psicología Clínica, esta circunstancia "es un derecho, pero no necesariamente una necesidad", según relata de su experiencia con personas adoptadas. "No todos los adoptados tienen las mismas necesidades de saber ni el mismo impulso de búsqueda". Como dice Palacios, en toda persona existe la necesidad de tener todas las piezas del puzle de su vida. Si no se tienen "hay quien se adapta y quien no puede vivir así". Palacios considera que una forma de satisfacer esta necesidad sin vulnerar el anonimato que establece la ley sería redactar una carta por parte del donante. "Se podría describir a sí mismo, explicar los motivos que le llevaron a donar. Se trataría de un escrito personal para responder a quien buscara sus antecedentes con ansiedad y que pudiera conservar la persona entre sus objetos queridos". Este documento, "sería útil a personas que buscan y este proceso les produce ansiedad".

Uno de los aspectos que más angustian a los adoptados es desconocer el historial clínico de los padres. Este problema no se da entre los hijos de donantes. Toda persona que cede sus gametos se somete a un exhaustivo control médico cuyos resultados quedan en manos de la clínica de forma que se pudieran consultar si fuera necesario. En el IVI se dio el caso de una familia que tuvo a una hija con problemas de audición. En busca de posibles antecedentes familiares, y como la información que había no se consideró suficiente, se localizó a la donante del óvulo a la que se sometió a nuevos análisis. El resultado final descartó todo origen genético.

El otro gran argumento contrario al anonimato es de naturaleza legal. "Hay un debate doctrinal sobre la prevalencia de la llamada verdad biológica", un término jurídico que se refiere al derecho a conocer el propio origen biológico, apunta el asesor jurídico de la SEF. "Algunos lo consideran un elemento básico de la dignidad humana y por ello consideran que bloquearlo frustra el desarrollo de la personalidad". Este principio es el que ha llevado a que en buena parte de Europa se haya levantado el secreto sobre la identidad de los donantes -aunque hay quien también ve detrás las presiones de grupos antiabortistas, contrarios a la fecundación asistida-.

Frente a este derecho se encuentra "el de los donantes a mantener su anonimato". E incluso la posibilidad de tener hijos por parte de parejas estériles "ya que, como se ha comprobado en otros países, levantar el anonimato provoca un descenso en las donaciones", insiste Fernando Abellán.

Daniel aportó a un banco su semen para agradecer la generosidad de la donante que le permitió ser padre. ¿Lo hubiera hecho si no se protegiera su identidad? "No, y tampoco creo que lo hiciera nadie".

Señuelo para la Iglesia

José María Ridao (El País)

Tema: Religión

La reforma de la Ley de Libertad Religiosa se ha convertido en el centro de la discusión sobre las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado, reabierta con llamativa e inaceptable torpeza por el papa Ratzinger con ocasión de su última visita a España.

No se entiende el motivo por el que la norma de 1980, un escueto texto de nueve artículos, tiene que ser revisado, ni en estos momentos, como pensaba hasta hace poco el Gobierno, ni en un plazo de tiempo más largo, cuando supuestamente se haya ampliado el consenso para hacerlo.

En el articulado de la ley no existe una sola mención al catolicismo ni a ninguna otra religión, y el Estado no se compromete a otra cosa que a firmar acuerdos con los representantes de los credos que tengan arraigo en España. No dice nada del tenor de esos pactos que, por descontado, tendrán que ajustarse a lo establecido por la Constitución y las normas que la desarrollan.

En el caso del catolicismo, esos acuerdos con el Estado existen y son anteriores en un año a la Ley de Libertad Religiosa. Y no solo existen, sino que es en ellos donde se encuentran recogidos todos y cada uno de los privilegios de los que goza la Iglesia en España, hasta el punto de que la Constitución parece no regir para ella.

Es en los acuerdos de 1979, y no en la ley de 1980, donde el Estado se compromete expresamente a reconocer como días festivos todos los domingos y algunas fiestas católicas, a conceder efectos civiles a los matrimonios celebrados según las normas del derecho canónico, a respetar los valores de la ética cristiana en los centros públicos de educación, a aceptar como profesores de religión a aquellos que propone el "Ordinario diocesano", a equiparar sus sueldos con los de los docentes del Estado, a asumir como propios los programas de la asignatura de religión y los materiales didácticos que señale la jerarquía eclesiástica, a "velar para que sean respetados en sus medios de comunicación social los sentimientos de los católicos", a integrar un vicario castrense en las fuerzas armadas.

En el capítulo económico, los Acuerdos de 1979 establecieron, además, el sistema de financiación a través de la famosa marca en la declaración de la renta, pero dejaban claro que, tras un periodo transitorio, la Iglesia tendría que autofinanciarse. Este es el único aspecto que el Gobierno ha reformado, aceptando transferir a la Iglesia un 7% de la recaudación del IRPF.

El repertorio de estos privilegios no quedaría completo si, junto a los establecidos por los Acuerdos, no se toman en cuenta las situaciones de hecho sin otro fundamento que la tradición.

Así, no son las normas legales sino las tradiciones las que hacen que las tomas de posesión de los cargos civiles estén presididas por una cruz y una Biblia, o las que mantienen los crucifijos en las aulas de los colegios públicos. Ante esta ausencia de fundamento legal, bastaría una llamada de teléfono de los interesados para que los servicios de protocolo de cualquier institución civil en la que se celebre una toma de posesión no coloque ni cruces ni Biblias.

Si, que se sepa, ningún alto cargo o cargo electo del Estado lo ha hecho hasta el momento es sencillamente por falta de coraje político: se han conformado con prometer en vez de jurar, obviando el hecho de que, con esta opción, la presencia de símbolos católicos resulta innecesaria.

Y en cuanto a la presencia de crucifijos en las aulas de las escuelas públicas, el hecho de que haya sentencias judiciales que han obligado a retirarlos demuestra que no es necesaria la reforma de la ley de 1980 para hacerlo: con las normas que existen es bastante. Otra cosa es que deban ser los ciudadanos, y no la Fiscalía, quien tenga que iniciar los pleitos. Y, una vez más, si esta no actúa es porque falta coraje político.

Ante este panorama, cabe preguntarse si la estrategia seguida por el Gobierno en materia de relaciones entre la Iglesia católica y el Estado es acertada o, por el contrario, obedece más al deseo de transmitir la impresión de que avanza en el laicismo evitando, por otra parte, entrar en una confrontación.

Respetar los Acuerdos de 1979 y reformar la ley de 1980, como propone el Gobierno, es tanto como conceder una nueva victoria a la Iglesia católica que, sin duda, haría mucho, muchísimo ruido en la discusión de la nueva norma. Pero solo como señuelo para alejar las miradas de los Acuerdos, que es donde se fijan sus inaceptables privilegios.

El periodismo empotrado y la crisis. El comportamiento de rebaño está en la raíz de la cobertura periodística de los ataques a la deuda de los países

Ernesto Ekaizer (Público)

Tema: Periodismo

El 5 de noviembre de 2008, la reina Isabel de Inglaterra preguntó cómo había sido que una crisis tan grande había tomado a la casi totalidad de expertos económicos por sorpresa. "¿Por qué nadie se enteró?", preguntó la reina en la London School of Economics.

¿Y si aplicamos la misma pregunta al periodismo? ¿Por qué no vio venir la crisis?

Antes diré que tan lejos como puedo recordar, el periodismo no ha visto venir ninguna gran crisis económica.

¿Por qué? La primera y breve respuesta es: ni los expertos económicos ni el periodismo son observadores neutrales de la actividad económica y financiera. Y ambos están unidos por un concepto que la psicología ayuda a entender: groupthink. La traducción más aproximada puede ser pensamiento grupal. Irving Janis, de la Universidad de Yale, acuñó este concepto para explicar los errores sistemáticos cometidos por instituciones al poner en práctica decisiones colectivas y parece que su fuente de inspiración fue el escritor británico George Orwell, quien en su novela 1984 inventó la llamada neolengua.

El periodismo no vio venir la crisis que afloró en agosto de 2007 y se hizo nítida en 2008. Tuvo que hundirse un Titanic como el banco de inversiones Lehman para que fuera evidente. Y la razón es que el periodismo forma parte del pensamiento grupal que había minimizado los síntomas que condujeron a la explosión financiera como resultado de los riesgos que se venían acumulando. El periodismo defendió el orden financiero realmente existente como una religión.

Y, después, en 2009, cuando cayó otra ficha del dominó de la crisis, la llamada crisis de la deuda soberana, con Grecia primero y la llamada periferia europea más tarde, y hasta estos días con Irlanda, no teníamos nuestros deberes hechos, es decir, no habíamos extraído las conclusiones de nuestra incapacidad para anticipar la Gran Crisis iniciada en Estados Unidos.

La Gran Crisis o la Gran Recesión fue el resultado del fracaso de un cierto tipo de capitalismo que fue llevado hasta sus últimas consecuencias por el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, una tarea que aquí, en Europa, quedó a cargo de Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo. Un cierto tipo de capitalismo significa un sistema en el cual la actividad central pasa a ser la actividad financiera, con el instrumento de la innovación y la desregulación, todo ello en medio de grandes desequilibrios a escala mundial.

El mismo pensamiento grupal o comportamiento de rebaño, concepto francés para definir la actitud de los inversores en bolsa, es la enfermedad que está en la raíz de la cobertura periodística de la crisis de la deuda que infecta a la llamada periferia de Europa: Grecia, Irlanda, Portugal y España.

Me parece a mí que los medios de comunicación están tan empotrados en el sistema, para usar una palabra americana que definía la condición en la que trabajaban los medios durante la invasión de Irak, que no atinan a exponer el gran tema que está desarrollándose en estos momentos: el gran ajuste de cuentas que está llevando a cabo Alemania. Es decir: la reconstrucción sobre nuevas bases de los débiles y frágiles fundamentos del euro. Unos fundamentos que han quedado machacados por la Gran Crisis, una situación que no tenía cabida, que era completamente impensable para quienes diseñaron el invento.

Ustedes saben, Angela Merkel no estaba allí entonces. Pero su actual ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, sí. En 2000 y 2001, Alemania tuvo su gran burbuja tecnológica y el endeudamiento de familias y empresas llegó a niveles espectaculares. Fue entonces cuando Alemania se pudo dar el lujo de no utilizar su política fiscal para relanzar la economía. Esa tarea quedó a cargo de Jean-Claude Trichet, quien bajó los tipos de interés hasta el 2%. Ello supuso la expansión en la Eurozona. Lo mismo que había hecho Alan Greenspan en Estados Unidos para superar la burbuja tecnológica. Y, tal como en EEUU, comenzó la burbuja de la vivienda y de crédito también en Europa. Las burbujas de la vivienda y el crédito crecieron en Irlanda y España.

- Sanciones sin imponer.

Pero gracias a esa expansión de la ahora llamada periferia, Alemania exportó mucho más. Y aunque no cumplió el techo del déficit fiscal del 3% del PIB, Alemania y Francia se las arreglaron para imponer la suspensión de dicha norma legal. Eran los tiempos en los que Pedro Solbes, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, corría a gorrazos a ambos países amenazándoles con sanciones. Que nunca se impusieron.

La crisis ha sacado a pasear la parte más oscura de Europa. Hay un discurso muy interesante de Axel Weber, presidente del Bundesbank alemán, el pasado 12 de octubre en Nueva York, que lo dice casi todo. Vean su diagnóstico ya que es candidato a suceder a Trichet al frente del BCE en noviembre de 2011:

"El principal problema para los miembros de la Eurozona con persistentes déficit por cuenta corriente es que el flujo de capitales no siempre ha sido asignado de manera eficiente. En España e Irlanda creó una burbuja de la vivienda. En Grecia financió elevados déficits públicos y en Portugal apoyó el consumo privado. Esta asignación fortaleció la demanda doméstica y, debido a mercados de trabajo inflexibles, los salarios se incrementaron más que la productividad. Esto, a su vez, redujo la competitividad de los precios de los citados países. Como resultado, las importaciones crecieron, las exportaciones cayeron y el déficit por cuenta corriente volvió a aumentar.

Aunque estos desequilibrios tienen raíces domésticas, los problemas asociados no están confinados a las fronteras nacionales. Dados los efectos de contagio en los mercados financieros estrechamente integrados de la zona euro, son también un problema para otros países y para la unión monetaria en su conjunto. La crisis de la deuda en la primera mitad de este año ha sido muy instructiva. Por tanto, el problema de los desequilibrios dentro de la Unión Económica y Monetaria tiene que ser atendido".

La conclusión, pues, es que, dado que los miembros de la zona euro no pueden devaluar sus monedas cedidas para crear el euro, la única salida es una "devaluación interna". Una reducción o abaratamiento de todos los costes, en primer lugar los laborales, para conseguir competitividad en los países "periféricos" que son una especie de Tercer Mundo incrustado en la zona euro.

Las autoridades de la Eurozona se están comportando durante esta crisis como una copia mediocre del presidente Roosevelt en la Gran Depresión. Todos hemos sido keynesianos cuando el estímulo fiscal consistía en salvar los sistemas financieros. Pero este estímulo fiscal era ya imposible cuando se trataba de salvaguardar el empleo y asegurar el crecimiento.

La deuda de Franco con los saharauis. ERC insta al Gobierno a informar de la desaparición, en 1970, de Bassiri

Diego Barcala (Público)

Tema: Historia

La responsabilidad de España en el Sáhara Occidental va más allá de su pasado como potencia colonizadora. El pasado español en El Aaiún todavía mantiene víctimas por reparar. No son ciudadanos anónimos los que murieron a manos de la policía franquista. El fundador del movimiento independentista saharaui, Mohamed Sidi Brahim Basir Bassiri, desapareció en una cárcel de Franco en julio de 1970 tras ser detenido por la Legión. ERC ha pedido al Gobierno que elabore un informe que aclare a sus descendientes el paradero del considerado primer mártir de la causa saharaui.

Bassiri es un tótem del pueblo saharaui. Su imagen preside el Museo de la Guerra en los campamentos de Tinduf junto con los retratos de El Uali Mustafa Sayed, fundador del Frente Polisario, y Mohamed Abdelaziz, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática. La desaparición de Bassiri se produjo el 17 de junio de 1970. Fue detenido tras convocar una protesta en el barrio de Zemla (en El Aaiún) contra una manifestación de adhesión a España organizada por Luis Carrero Blanco. La policía disparó. Murieron entre cuatro y 11 saharauis, una veintena resultaron heridos y decenas fueron detenidos.

El diario ABC describió el suceso dos días después al más puro estilo de la dictadura: "Se celebró una manifestación de adhesión a España que se desarrolló dentro del mayor orden y entusiasmo. El mismo día, un grupo de jóvenes provocó disturbios que hubieron de ser reprimidos por las fuerzas de orden público que ocasionaron dos muertos de raza negra, que no han sido identificados como saharauis".

"Aquellos sucesos recuerdan mucho a lo que está haciendo Marruecos en El Aaiún. Hicieron una represión selectiva para acabar con los cabecillas", analiza el catedrático de Historia del Islam Contemporáneo en la Universidad Autónoma de Madrid, Bernabé López García. La última pista sobre el paradero de Bassiri es del 16 de julio de 1970, un mes después de su detención. Ese día firmó su declaración ante la policía. El consenso historiográfico dice que fue torturado hasta la muerte y enterrado en algún lugar desconocido.

Bassiri tenía 28 años cuando desapareció. Su biografía es la historia del Sáhara Occidental. Perseguido por Marruecos por sus artículos prosaharauis, buscó ayuda en Argelia y el franquismo lo trató de liquidar de la memoria saharaui. En 1969 fundó la Organización de Vanguardia para la Liberación de Saguia El Hamra y Río de Oro, considerada parte del génesis del Frente Polisario, que se creó cuatro años más tarde, en 1973.

"España debe entender que su responsabilidad alcanza otra dimensión más allá de la histórica. El Gobierno dejó muertos guardados en el armario", denuncia el diputado republicano Joan Tardà. ERC destaca que la Ley de la Memoria Histórica ampara su petición al tratarse de un desaparecido más de la dictadura.

López García asegura que los archivos militares y los testimonios de algunos miembros del ejército destinados en 1970 a la ex colonia guardan las claves de su desaparición. "Un militar retirado me aseguró hace un año que conocía el lugar donde fue enterrado. Para salir de dudas habría que consultar el archivo del gobernador del Sáhara en el momento, Luis Rodríguez de Viguri", apunta el profesor.

"La documentación de la colonia salió con el Gobierno español, en papel y microfilmada. La familia ha peleado para saber dónde está y qué pasó", destaca la autora de Hijos de la nube: El Sáhara español desde 1958 hasta la debacle (Cuadernos de Langre), Claudia Barona. Esta investigadora publicó la declaración de detención de Bassiri en la que explica que habían grabado en un magnetofón "un memorándum de lo que tenían que exponer al Gobierno". Entre sus objetivos estaba "la independencia del Estado Saharaui, pero conservando los vínculos y las relaciones con España", explica la petición en el Congreso de ERC. "Es muy gordo que España lance ahora pelotas fuera, porque los saharauis confiaban en que una futura potencia democrática apoyara su causa", analiza el diputado Joan Tardà.

Tribunal de Cuentas revela contratos irregulares en la Junta de Extremadura

José María Triper (El Economista)

Tema: Corrupción

Los extremeños se tocan. El título de esta comedia de Pedro Muñoz Seca podría aplicarse al contenido del informe que el Tribunal de Cuentas acaba de presentar al Parlamento sobre la fiscalización contable de la Junta de Extremadura durante los años 2004 y 2005. Aunque, a tenor del contenido, el informe tiene mucho de enredo y muy poco de comedia.

Porque, si nos atenemos a lo reflejado por el Tribunal, durante los dos ejercicios analizados se han detectado irregularidades, ausencia de publicidad, falta de transparencia y adjudicaciones a dedo en las contrataciones realizadas por la Junta de Extremadura que, en esos años, estaba presidida por Juan Carlos Rodríguez Ibarra.

Unas presuntas anomalías de las que, algunos expertos jurídicos explican, podrían desprenderse responsabilidades políticas, o incluso de mayor gravedad, ya que, según confirmó el propio presidente del Tribunal de Cuentas, Manuel Núñez, el informe ha sido sometido al Ministerio Fiscal y al abogado del Estado, quienes "solicitaron la remisión de antecedentes a la sección de enjuiciamiento en relación con diferentes supuestos de gestión de gastos e inmovilizado, subvenciones y distintos contratos".

- Transporte escolar y avales.

Aunque de la fiscalización se comprueba que durante los dos ejercicios analizados no se incrementó el nivel de endeudamiento, situado en 782 millones de euros, en el análisis de las contrataciones el informe del organismos fiscalizador del Estado destaca que, en los concursos examinados, las bajas de las ofertas económicas "fueron escasamente valoradas".

En los pliegos de algunos concursos no se especificó adecuadamente la forma de otorgar las puntuaciones de los baremos establecidos para los diferentes criterios de adjudicación, lo que "no es conforme con los principios de publicidad y transparencia" y se constataron, también, "demoras injustificadas en la ejecución de algunos de los contratos de obra examinados".

- Irregularidades.

Resalta el informe que 42 expedientes de contratos de transporte escolar, adjudicados por un importe de 4 millones de euros, "fueron tramitados con algunas irregularidades por contratos administrativos especiales".

Asimismo, Manuel Núñez reconoció ante la Comisión Mixta Congreso Senado para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas, que estos contratos "fueron también -dicho entre paréntesis y con la palabra presunto delante- indebidamente adjudicados mediante procedimientos negociados sin publicidad ni concurrencia de ofertas". En otras palabras y aunque el presidente del Tribunal no puede ni debe decirlo así, se trata de contratos adjudicados directamente, a dedo, por la Junta.

El informe matiza, además, que todos estos contratos "fueron resueltos durante la ejecución, sin que conste en los datos que tiene el Tribunal la aplicación de actuaciones establecidas para la valoración y el resarcimiento de los daños".

En relación con la concesión de avales, el Tribunal apunta que, a finales del año 2005, constaba la existencia de cuatro avales vivos, otorgados directamente a través de una sociedad por un importe total ligeramente superior a dos millones de euros.

En el análisis de la gestión de las dos líneas de subvenciones seleccionadas en la fiscalización se observaron tres clases de deficiencias: "La verificación del cumplimiento de los requisitos para ser beneficiarios, la imprecisión normativa sobre los plazos y la forma de justificación con las actuaciones posteriores de acreditación y control".

- Indicios de ilegalidad.

Con los datos del informe y conocidas las explicaciones del presidente, el diputado del Grupo Popular, Mariano Gallego Barrero, precisaba que el Tribunal de Cuentas ha fiscalizado 105 contratos, de los que 71 corresponden al año 2004 y los 34 restantes al año 2005. En conjunto estos contratos suman "la nada despreciable cifra, para un comunidad pobre como es Extremadura", de 166 millones de euros. "Pues bien, en todos ellos, a excepción de uno del ejercicio de 2005, se detectan anomalías, irregularidades y deficiencias".

Respecto a los contratos de transporte escolar, Mariano Gallego puntualiza que "estaban controlados internamente, puesto que van acompañados, y el Tribunal de Cuentas lo refleja, por el reparo, advertencia de ilegalidad e informe contrario de la Intervención".

Apunta también que todos ellos fueron calificados y tramitados como contratos administrativos especiales y adjudicados el mismo mediante procedimientos negociados sin publicidad ni concurrencia mínima de oferta, "porque la voluntad era adjudicarlos directamente a dedo". El diputado popular recuerda, a este respecto, que por un supuesto prácticamente similar hoy en día están imputados dos concejales de Plasencia y el interventor de esta localidad.

Reforma de pensiones: la técnica del zahorí

Juan Carlos Arce (El Economista)

Tema: Pensiones

La reforma de las pensiones está de actualidad. Es un debate confuso porque está planteado de un modo insincero y contradictorio por quienes lo han situado en el eje de la polémica. Los estudios, informes, documentos y declaraciones de variada índole y diversa procedencia se cuidan de señalar en todos los casos que se trata de racionalizar el sistema tomando como pretexto la excesiva incidencia de las pensiones en las dimensiones del gasto público, esto es, que allí donde se dice racionalizar, se quiere decir reducir. No se entiende, por tanto, la causa por la que los autores de los diversos estudios se critican entre sí cuando están esencialmente de acuerdo en el propósito de recortar las pensiones.

Por otra parte, el Pacto de Toledo parece ser el santuario seglar de la reforma, aunque haya sido ya calificado de pacto de silencio en el que los partidos políticos deciden, a puerta cerrada, las reformas que creen necesarias. No es extraño, por tanto, que si en una mesa secreta se están decidiendo las cuestiones de todos, todos quieran influir desde afuera, donde el propio Pacto de Toledo los ha situado, mediante documentos, declaraciones y advertencias que, en la mayor parte de los casos, se articulan en dos secciones: una de conclusiones, todas alarmantes, y otra de propuestas salvadoras, convirtiendo un debate que debería ser serio, ordenado y plural en una improvisada reunión de arbitristas de nuevo cuño. Y las propuestas salvadoras se ofrecen siempre desde una visión científica, técnica; es decir, como si fueran políticamente neutrales. Habría que saber –yo creo que se sabe– que sobre la Seguridad Social nadie es neutral, como ha escrito el profesor Fuentes Quintana.

Aun con la crisis económica que atravesamos –atravesar es un verbo dinámico, y lo escribo con muchas dudas respecto a nuestra real situación dentro de la crisis– la reducción de prestaciones no puede ser un objetivo en sí mismo. O, precisamente, a causa de la crisis económica. Reducir el gasto del sistema de pensiones sí es, en cambio, muy necesario. Pero esas dos cosas no son la misma, ni se parecen. Como no es lo mismo reducir el agua a unas plantas secas, que aportar la que necesitan evitando que se pierda por los agujeros de la manguera. Porque el problema mayor no está en el gasto que efectivamente va a los pensionistas, sino en la disfuncionalidad del sistema, en su falta de racionalidad interior y en su progresiva descomposición jurídica, en el barullo, en el bochinche del que nadie se ha ocupado con proyectos políticos elaborados; una larga dejación que tiene, lógicamente, una elevada traducción en coste económico.

Durante muchos años, se han producido reformas confusas, parciales, coyunturales, institucionalmente desfiguradoras y destructivas de la coherencia interna del sistema, combinadas con las muy españolas contrarreformas. Por ejemplo, la regulación de la jubilación parcial, torpemente gradualista y condicionada a la contratación simultánea de otro trabajador, es considerada hoy como un problema de concepto que es preciso prevenir y hasta penalizar cuando, en realidad, el problema surge de su propia regulación, que quiere matar dos pájaros de un tiro, alcanzar dos finalidades distintas en dos esferas diferentes: el empleo y la jubilación, para, finalmente, al errar ambos disparos, atender más a las urgencias de las políticas de empleo que a los derechos de los pensionistas. Otro ejemplo: la que parecía muy definitiva reforma de 2007 es ya, para empezar, una efímera reforma a la que le queda ya muy poco recorrido y, además, se prefiguró recurriendo a recetas tópicas, en un panorama utilitario que ignoró deliberadamente la necesidad de un cambio profundo que ahora se pretende urgente y que volverá a ser meramente oportunista. Porque en la Seguridad Social se ha impuesto, desde mediados de los años 80, un modo de dirección política no muy distinta de la técnica del zahorí, que pierde en racionalidad a largo plazo lo que busca ganar en oportunidad a corto plazo y que ha llevado a legislar puntualmente en la misma coyuntura, mediante disposiciones ad hoc y leyes de medidas que parecen como contratadas a otros más que debatidas con criterio de alcance y visión de conjunto por el legislador.

Peras al olmo

Julio Anguita (El Economista)

Tema: Economía

Causa extrañeza la desazón y el desencanto con que bastantes medios de comunicación han recibido y expuesto al público los paupérrimos resultados del G-20 que se ha celebrado en Seúl.

¿Qué se esperaba? ¿Podrían acaso los mandatarios reunidos en esa cumbre hacer algo más que constatar el aumento de los desequilibrios económicos, el encarecimiento de las materias y la continuidad de la guerra comercial?

Hace décadas que sus antecesores dejaron cabalgar sin freno a la economía internacionalizada, resignaron sus capacidades legales y sus poderes políticos en favor del libre mercado, la competencia y la iniciativa privada. Y de tal manera esto ha sido así que en la corta experiencia del G-20 todavía no se han tomado decisiones operativas y aplicadas en lo concreto.

La denominación de mandatarios en la segunda acepción del diccionario de la Real Academia Española les viene como anillo al dedo. No representan a sus pueblos, sino a los intereses parcializados y territorializados del poder económico-financiero.

¿Hasta cuándo la incertidumbre? ¿Cómo es posible que sólo se confíe en señales, variables, síntomas y estadísticas que únicamente manifiestan los resultados de acciones humanas tomadas en centros de poder extra-políticos? Subidos en un vehículo que no controlan -porque ideológicamente así lo aceptaron-, no tienen otra opción que acelerar permanentemente y así evitar la caída. Están, tal y como reseña el economista Pedro Montes, entre la catástrofe y el caos. Y nosotros también, como consecuencia de sus acciones y omisiones.

A uno le gustaría lanzar dos preguntas a tan encumbrado cónclave: ¿la Ciencia Económica es un fin en sí misma o está al servicio de otro más elevado? ¿Consideran si el concepto Biosfera subsume la Economía o, al contrario, ésta determina y engloba a aquélla?

Creer que el actual G-20 puede tomar decisiones que orienten la guerra de las economías gubernamentales hacia territorios de cooperación internacional es pedir peras al olmo; tanto al sistema, como a sus bucelarios.