lunes, 22 de noviembre de 2010

El Papa habla de los problemas de la Iglesia con 150 cardenales. Pederastia y libertad religiosa, en la agenda de la reunión en el Vaticano

Eusebio Val (La Vanguardia)

Tema: Religión

Encuentro poco usual en el Vaticano. El Papa se reunió ayer con unos 150 cardenales de todo el mundo en una jornada de “plegaria y reflexión” sobre los desafíos que afronta la Iglesia católica, como el escándalo de los curas pederastas, las amenazas a la libertad religiosa en diversas zonas del planeta y la integración de anglicanos disidentes. La cumbre vaticana tuvo lugar, obviamente, a puerta cerrada. Lo que trascendió al exterior fue filtrado por la oficina de prensa de la Santa Sede a través de un comunicado.

La cita cardenalicia con el Papa se produjo la víspera del consistorio en que se crearán, hoy, 24 nuevos cardenales, de ellos 20 que, menores de 80 años, serían electores en caso de un nuevo cónclave.

Benedicto XVI, en su intervención, insistió una vez más en uno de los argumentos centrales de su pontificado: la condena al relativismo moral. Joseph Ratzinger niega una y otra vez el primado de la ideología laica para regular cuestiones éticas, lo cual siempre genera polémica. Lo hizo durante su reciente visita a España y lo repitió ayer. Según él, los valores cristianos –tal como los interpreta la Iglesia– están en un plano superior a cualesquiera consideraciones políticas o jurídicas coyunturales, a usos y costumbres de la modernidad.

Para el Pontífice, el mandato divino de anunciar el Evangelio lleva implícita la exigencia de libertad religiosa, lo cual, a lo largo de la historia, ha chocado con “diversas oposiciones”, según el comunicado. La relación entre verdad y libertad es esencial, pero hoy se encuentra frente al gran desafío del relativismo, que parece completar el concepto de la libertad pero en realidad amenaza con destruirla al proponerse como una verdadera “dictadura”. El Papa admitió que es un tiempo difícil para anunciar la verdad del Evangelio y de las “grandes adquisiciones de la cultura cristiana”.

Escasos detalles trascendieron del debate. Sí se supo que 18 cardenales tomaron la palabra en el asunto de la libertad religiosa. Se habló de problemas específicos en Oriente Medio, donde los cristianos están sufriendo una mortal persecución en algunos países, y en Asia. La problemática china es muy actual, después de que el Vaticano reaccionara con tajante rechazo a las noticias sobre la ordenación de obispos en la iglesia católica tutelada por la autoridad comunista de Pekín.

Sobre dos asuntos fundamentales, como la pederastia en el clero y la incorporación a la obediencia de Roma de fieles y jerarquía anglicana, el comunicado vaticano no hacía sino anunciar la discusión, pues esta no se había producido todavía cuando se redactó la nota de prensa.

El de hoy es el tercer consistorio que convoca Benedicto XVI desde que llegó a la silla de Pedro, en el 2005. Los anteriores se celebraron en marzo del 2006 y en noviembre del 2007. Con los nuevos purpurados, el colegio cardenalicio llegará a los 203 miembros, de los cuales 121 electores y 82 no electores. Fue Pablo VI, en 1970, quien estableció la norma de fijar los 80 años como edad máxima para asistir a un cónclave y para desempeñar cualquier cargo en la curia romana y en la administración del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Entre los nuevos cardenales no electores figura el arzobispo emérito castrense español José Manuel Estepa Llaurens, de 84 años. En representación del Gobierno español en las celebraciones de hoy asistirán el presidente del Congreso, José Bono, y el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, así como el embajador cerca de la Santa Sede, Francisco Vázquez.

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