Llucia Ramis (El Mundo)
Tema: Elecciones
Habla de Biotecnología, pero bien podría referirse a la política. Dice: «Nada sale a la primera; los proyectos se hacen a partir del ensayo y error; hay que tener paciencia, continuidad y constancia». Y lo mejor: «No debemos temerle al fracaso». Joan Puigcercós es consciente de que Dios irá a votarle lo mismo que paga en Andalucía. Por eso se ampara en la ciencia. El orden de los factores puede no alterar el producto. Y aunque lo que hizo a Carod Rovira y Carretero divide a la opinión independentista casi tanto como su pacto con el PSC, el signo Mas siempre suma.
De hecho, el candidato de Esquerra asegura que en este ámbito, además del reciclaje de inglés, le preocupan las matemáticas. La culpa de que los investigadores se encuentren en una situación de precariedad absoluta evidentemente es del Estado Español. ¿Cuál es la fórmula para que le salgan las cuentas? «Cataluña podría ser la Massachusetts de Europa», dice el presidente de Biocat, Manel Balcells. Viva la Commonwealth y me llevo una.
En el edificio Clúster del Parc Científic se congregan unos 60 Flemings, Ernest Benach excluido. Ami lado, un chico con un piercing en la ceja y una alianza dorada, va apuntando lo que pasa en el Twitter de su iPad. Página: ERC Candidatos; es el Puigcercós virtual. Ignoro si añade que, al final, una empresaria toma la palabra para explicar que, al contrario de lo que se ha dicho, ella recibe el 80% de sus fondos del Gobierno central y «la Generalitat sólo ayuda a las compañías ya consolidadas ». Luego se queja de la política lingüística restrictiva y de que los contratos estén en catalán. Joan Picapiedra le contesta que la investigación se hace en inglés y los documentos también pueden firmarse en este idioma. «De todos modos, puede solicitar una traducción», yabadabadú.
Un periodista hace una pregunta que nada tiene que ver con la salud ni la investigación y, cuando acaba el acto, el jefe de prensa le mete una bronca que no cura la aspirina. Visitamos un laboratorio para la foto con curiosidad. Me asomo a un ordenador encendido, esperando descubrir la vacuna contra el sida, y leo en el asunto de un e-mail: «Re-Tickets Restaurant». En el estante donde se apilan las cubetas de plástico, pone: «Cubetas de plástico ». En el del papel, «papel». Es todo tan empírico que asusta. Ojalá uno estuviera tan seguro de lo que vota y no sintiera que lo traicionan después; aquí ponía izquierda y acabarán mezclándose con los liberales. La combinación podría ser explosiva o neutralizadora en plan PH, ácidos y bases. Sin embargo, la repercusión es tan débil que el elemento fuerte la corroe. En una caja: «Pipetas dadas de baja» y «Pipetas fuera de uso». En rotulador sobre una botella: «H2O». El principio de la política es: nunca digas que de aquí no beberé.
Existe una fórmula para salvarse y Puigcercós la tiene estudiadísima, se la sabe de memoria y la repite de corrido. Nadie le quiere, especialmente los que siempre amaron su partido. Hará que lo necesiten. Como mínimo, para que le culpen de los fracasos, él no les teme. Tal vez, éste sea su error, que ni ensayado.
Habla de Biotecnología, pero bien podría referirse a la política. Dice: «Nada sale a la primera; los proyectos se hacen a partir del ensayo y error; hay que tener paciencia, continuidad y constancia». Y lo mejor: «No debemos temerle al fracaso». Joan Puigcercós es consciente de que Dios irá a votarle lo mismo que paga en Andalucía. Por eso se ampara en la ciencia. El orden de los factores puede no alterar el producto. Y aunque lo que hizo a Carod Rovira y Carretero divide a la opinión independentista casi tanto como su pacto con el PSC, el signo Mas siempre suma.
De hecho, el candidato de Esquerra asegura que en este ámbito, además del reciclaje de inglés, le preocupan las matemáticas. La culpa de que los investigadores se encuentren en una situación de precariedad absoluta evidentemente es del Estado Español. ¿Cuál es la fórmula para que le salgan las cuentas? «Cataluña podría ser la Massachusetts de Europa», dice el presidente de Biocat, Manel Balcells. Viva la Commonwealth y me llevo una.
En el edificio Clúster del Parc Científic se congregan unos 60 Flemings, Ernest Benach excluido. Ami lado, un chico con un piercing en la ceja y una alianza dorada, va apuntando lo que pasa en el Twitter de su iPad. Página: ERC Candidatos; es el Puigcercós virtual. Ignoro si añade que, al final, una empresaria toma la palabra para explicar que, al contrario de lo que se ha dicho, ella recibe el 80% de sus fondos del Gobierno central y «la Generalitat sólo ayuda a las compañías ya consolidadas ». Luego se queja de la política lingüística restrictiva y de que los contratos estén en catalán. Joan Picapiedra le contesta que la investigación se hace en inglés y los documentos también pueden firmarse en este idioma. «De todos modos, puede solicitar una traducción», yabadabadú.
Un periodista hace una pregunta que nada tiene que ver con la salud ni la investigación y, cuando acaba el acto, el jefe de prensa le mete una bronca que no cura la aspirina. Visitamos un laboratorio para la foto con curiosidad. Me asomo a un ordenador encendido, esperando descubrir la vacuna contra el sida, y leo en el asunto de un e-mail: «Re-Tickets Restaurant». En el estante donde se apilan las cubetas de plástico, pone: «Cubetas de plástico ». En el del papel, «papel». Es todo tan empírico que asusta. Ojalá uno estuviera tan seguro de lo que vota y no sintiera que lo traicionan después; aquí ponía izquierda y acabarán mezclándose con los liberales. La combinación podría ser explosiva o neutralizadora en plan PH, ácidos y bases. Sin embargo, la repercusión es tan débil que el elemento fuerte la corroe. En una caja: «Pipetas dadas de baja» y «Pipetas fuera de uso». En rotulador sobre una botella: «H2O». El principio de la política es: nunca digas que de aquí no beberé.
Existe una fórmula para salvarse y Puigcercós la tiene estudiadísima, se la sabe de memoria y la repite de corrido. Nadie le quiere, especialmente los que siempre amaron su partido. Hará que lo necesiten. Como mínimo, para que le culpen de los fracasos, él no les teme. Tal vez, éste sea su error, que ni ensayado.
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