jueves, 4 de noviembre de 2010

Los barones del PP respaldan la estrategia ‘tranquila’ de Rajoy

Carmen Remírez de Ganuza (El Mundo)

Tema: Elecciones

El horizonte electoral.

Los ‘populares’ analizan su línea política.

Aprueban que insista en el discurso económico, aunque reclaman más ‘alternativa’ y «no pasar una» ni a Pérez Rubalcaba ni al nuevo Gobierno de la ‘propaganda’.

No hay crítica que sobreviva a una ventaja de 14 puntos en las encuestas. El PP contempla, siempre más confiado que ilusionado, a un Rajoy instalado en su tranquila velocidad de crucero; un Rajoy que sólo ayer, pasados 15 días de la constitución del nuevo Gobierno, entró en la liza de las especulaciones sobre la sucesión de Zapatero para afirmar en TV3 que no ve a Rubalcaba como su futuro oponente porque «le falta poso y sentido de Estado».

Cierto es que en algunos cuadros del partido y de los grupos parlamentarios había cundido en estas semanas una cierta ansiedad. En particular, algunas fuentes no muy alejadas de la dirección nacional se dolían de la desventaja sobrevenida frente a la vuelta del comando Rubalcaba, y de la necesidad de diversificar, con apuestas más contundentes, una oposición demasiado centrada en la economía. Además, se echaba de menos una posición más combativa frente al Gobierno en relación con ETA.

Pero esta inquietud en absoluto alcanzaba a Rajoy, públicamente empeñado en seguir su «propio camino ». A saber: hablar sólo de la crisis, no contestar a las provocaciones y no romper muchos platos, sobre todo en relación con los pactos de Estado y, muy en particular, con el Pacto Antiterrorista.

Lo primero, porque el presidente del PP está convencido de que los millones de parados van a seguir siendo la sangría electoral de Zapatero; lo segundo, porque no quiere volver a caer en la trampa de la crispación en la que el PSOE le enfangó en la anterior legislatura; lo tercero, porque rompiendo la baraja no convencerá al millón de electores despolitizados que, en su opinión, deciden las elecciones.

Curiosamente, los barones del PP avalan el diagnóstico de Rajoy. Los presidentes autonómicos y regionales, consultados por este diario, respaldan la estrategia de «no entrar más de lo indispensable en el juego» de los Rubalcabas de turno e insistir en la crisis.

Eso sí, huyendo de la crítica explícita al líder, algunos de los que se enfrentan a la prueba de las urnas dentro de pocos meses se atrevían a reclamarle una mayor concreción o difusión en su alternativa. Algo que, curiosamente, Rajoy hizo anteayer al apuntar la necesidad de reducir el número de empresas públicas...
- Ramón L. Valcárcel (Murcia): «Es hora de concretar la alternativa».

El presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, discrepa de cuantos, en la propia cúpula de su partido, sostienen que no ha llegado el momento de concretar la alternativa; primero, porque aún falta año y medio para las generales y, segundo, porque el riesgo de asustar al electorado con ajustes poco populares ya lo experimentó James Cameron, con aquella bajada de 20 puntos en las encuestas, en puertas de las elecciones británicas.

Para Valcárcel, las elecciones son dentro de seis meses y, pese a disfrutar de una de las ventajas más claras en las encuestas, no le vendría nada mal un fortalecimiento de la marca PP a través de sus propias propuestas.

«Lo primero que hay que hacer es no entrar al trapo de los meneos que Rubalcaba propine al PP; lo segundo, seguir identificando nuestra política con los problemas de los españoles, y lo tercero, empezar ya a desgranar la alternativa, con mucha pedagogía». Según Valcárcel, la política energética, la reforma financiera y la política fiscal son, por este orden, las tres materias por las que el PP debería empezar a concretar sus propuestas antes de los comicios de mayo, si bien admite que «la administración de los mensajes y el momento de lanzarlos son cosa de Rajoy».

No le importa demasiado al presidente de Murcia que Zapatero «se esconda» ahora tras Rubalcaba porque cree que eso sólo «perjudica al PSOE» porque «transmite miedo».

Respecto a la vuelta de ETA a la agenda política, el presidente murciano admite que «se han activado todas las alarmas» y apuesta por que Rajoy «lleve el asunto al Congreso y hasta provoque un encuentro al efecto con el presidente del Gobierno», pero, eso sí, procurando en todo momento no promover una ruptura en este terreno.
- Antonio Basagoiti (País Vasco): «No hay que pasar ni una a Rubalcaba».

El presidente del PP del País Vasco es de los pocos que, pese a declarar su lealtad a Rajoy, se atreve a apostar por una mayor beligerancia en su labor de oposición y la de su equipo. «Este Gobierno va a hacer más política», argumenta, «y al PP le corresponde hacer más política».

Sus palabras, pues, no son una crítica sino un pronóstico: «Estoy convencido de que va a haber más combate político por parte del PP y que no se va a conformar con hablar de economía. Una cosa es lo que Rajoy dice que va a hacer y otra, lo que haga; una cosa es que él se mantenga por encima de las patrañas del Ejecutivo, y otra, que lo esté su equipo. Además, las estrategias no se cuentan», dice Antonio Basagoiti, para añadir: «Yo creo que el PP va a dar la batalla», muy en particular, frente a Rubalcaba: «No hay que pasarle ni una. Lejos de ignorarle, hay que deshacer sus patrañas, y ser muy contundente con él». Y ello, en el bien entendido de que «el objetivo sigue siendo Zapatero, y Rubalcaba sólo forma parte de él».

Para Basagoiti, a diferencia de otros barones del PP, la alternativa es una cuestión todavía secundaria: «Siempre es bueno plantear la alternativa, pero el momento idóneo para ponerla encima de la mesa es el final de la legislatura».

Sólo hay una cosa en la que se muestra reivindicativo: «Rajoy debe ser duro y exigente sobre ETA». El inventor de la idea de la cuarentena frente a la eventual vuelta de Batasuna a las instituciones pide a su partido que introduzca este asunto en la actual agenda política, pero «no por estrategia, para desgastar al Gobierno, sino para que no vuelva a meter la pata y advertirle de las consecuencias». Y es que, como dice Imbroda, para Basagoiti, los socialistas «no son de fiar» en este terreno.
- Juan José Imbroda (Melilla): «Hay que contestar a las acusaciones».

El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, es combativo por temperamento. Así que no es de extrañar que reclame elevar el listón de la réplica al nuevo Ejecutivo socialista. En particular, Imbroda echó de menos que la dirección del PP no contrapusiera las críticas socialistas al alcalde de Valladolid con el recuerdo de la campaña sufrida por las mujeres policías en la frontera con Marruecos.

«Aquello se tenía que haber puesto encima de la mesa», declara, al tiempo que se dice partidario de «contestar a las acusaciones»; eso sí, con un «lenguaje moderado» y cuidado de no caer en «la gresca», porque «hay mucha gente de centro que no la quiere».

Por otra parte, el presidente de Melilla también se atreve a reclamar que «si como parece, hay conversaciones en torno a ETA que el PP desconoce, Rajoy debería llevar este asunto al Congreso». «Hay que denunciarlo, no nos vayan otra vez a engañar. Yo no me fío del Gobierno. No hay más que leer la prensa», dice con el máximo desparpajo.

No obstante, Imbroda está muy de acuerdo con Rajoy en que mientras Zapatero continúe al frente «todo sigue igual» en el Gobierno, y que el PP debe centrarse en «sacar las verdades de la economía y no dejarse liar con otros debates; por ejemplo, sobre si el candidato socialista «va a ser Zapatero, Rubalcaba, Blanco o la Piquer». No cree que Rubalcaba suponga un problema para el PP, porque «comienza con más lastre que Zapatero y se va a seguir quemando». «El adversario sigue siendo Zapatero», insiste.

También respalda el «acento económico de la alternativa». Y, en todo caso, se muestra más que tranquilo en torno a las expectativas del PP: «Con 13 puntos por encima y la EPA bajando, éstos no levantan cabeza », afirma. «Además», añade, «con Rajoy no tengo dudas».
- Pedro Sanz (La Rioja): «Hay que amplificar las propuestas».

El decano de los barones populares, Pedro Sanz, también se apunta a la fila de los satisfechos con la estrategia de un Rajoy indiscutido. Coincide con Aguirre en que «Rajoy tiene que seguir haciendo lo que hasta ahora». Y coincide con Feijóo en que «en la Historia de la Democracia nunca había habido tanta inestabilidad en los equipos de Gobierno».

No obstante, el presidente de La Rioja apunta tres prioridades. La primera, poner en evidencia al Gobierno por buscar «el maquillaje» y la «manipulación», a través de Rubalcaba. Y, en este sentido, Sanz no renuncia a ninguna táctica: bien romper el «escudo» que Zapatero se ha construido con su nuevo hombre fuerte, bien esquivarlo, según los casos. La segunda pauta es insistir en la culpabilidad del propio Zapatero en la falta de política económica frente a la crisis. La tercera, es «amplificar la alternativa» del PP.

A diferencia de Valcárcel, el riojano cree que las propuestas del PP no necesitan concreción sino «difusión». Pero está de acuerdo con el presidente de Murcia en que éste es justo el momento de insistir en ellas, para que los ciudadanos sepan cómo «el PP va a tener que construir lo que el PSOE ha destruido en estos años».

Así que, por resumir sus recetas en dos, Sanz propone «leña a Rubalcaba y a Zapatero », según lo requiera el caso, y la venta de «nuestro proyecto», sin entrar en los «juegos de otros». Tampoco en el de la sucesión en el PSOE. A su juicio, Zapatero sólo se presentará «si le conviene» y, por eso, «lo más seguro es que lo deje». En todo caso, no cree que el sucesor sea Rubalcaba, pese a que ahora «quiera comerse el mundo», porque no sería un cartel suficientemente «amable».

En cuanto a ETA, la fórmula de Sanz es clara: apostar ante el Gobierno por la cuarentena alumbrada por Basagoiti.
- Esperanza Aguirre (Madrid): «Seguir como hasta ahora».

En la misma línea continuista que la mayoría de sus colegas, pero mucho más contundente si cabe, se manifiesta la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, para quien «el PP debe seguir como hasta ahora». Una sentencia que la baronesa del PP justifica en la actual ventaja demoscópica de su partido: «La prueba son los 14 puntos de distancia en las encuestas».

Aguirre discrepa incluso de quienes achacan a Rajoy un pretendido perfil político plano. «No hay más que ver la pasada sesión de control, en la que se dio más leña que a una estera a Rubalcaba». La dirigente popular cree que las cosas se están haciendo bien. Además, coincide con los demás barones en que «no ha cambiado nada en el nuevo Gobierno, salvo la propaganda».

Ni siquiera aboga por introducir el asunto de ETA en la agenda política del PP. La presidenta de Madrid, firme partidaria de la propuesta de Basagoiti de someter a la izquierda abertzale a una cuarentena de cuatro años antes de examinar su eventual regreso a las instituciones, asegura que «es Rajoy quien tiene más información para saber lo que tiene que hacer».
- A. Sánchez-Camacho (Cataluña): «Economía, economía».

En plena campaña a la Generalitat, la presidenta y candidata del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, apenas ha reparado en el cambio de Gobierno. En su opinión, sólo se ha tratado de un movimiento «estratégico», de «márketing típico», únicamente concebido por Zapatero para «evitar la crisis en el PSOE» y darse «aire y tiempo» a sí mismo. Algo que apenas se ha concretado en un «cambio de caras», y que no sólo «no resuelve el problema del paro, la crisis y el cierre de empresas», sino que no conlleva ningún cambio de política, como se ha visto en el nombramiento del ministro de Trabajo, quien «ni siquiera va a impulsar otra reforma laboral».

Así que, a falta de cambios dignos de atención, apuesta por seguir «firmes» en el discurso económico y en la presentación de propuestas alternativas, que según asegura, ella plantea a diario; o sea, economía, economía, economía y, eso sí, «no pasar una al PSOE y contestar cuando se nos ataque».

Sobre ETA, según Sánchez-Camacho, al PP le corresponde «seguir vigilante», pero la prioridad en la estrategia del PP ha de seguir siendo la economía.
- Alberto Núñez Feijóo (Galicia): «¿Cuál es la novedad?».

«¿Cuál es la novedad? Tal vez, la de que nunca en España se hizo un cambio para tapar al presidente del Gobierno». Con estas palabras, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, se coloca en el discurso mayoritario: que no hay que cambiar la estrategia porque, pese a las apariencias, nada ha cambiado.

«La crisis de Gobierno», dice Feijóo, «es eso, una crisis, y que la gran novedad sea poner a Rubalcaba se comenta por sí solo. Con frases ingeniosas no se solucionan ni una biografía política ni la crisis o el deterioro de un Gobierno». El presidente gallego no tiene duda acerca de la «experiencia de Rajoy» para encarar al «tercer Gobierno ya en 30 meses», y aplaude su lineal hoja de ruta: contra la política económica y contra Zapatero. «Rubalcaba ha venido a tapar la realidad de la crisis, igual que lo hizo en la etapa más oscura del socialismo, con Felipe González». Así que apoya la fórmula: «Centrarse en la crisis y no perder el tiempo con los ministros».

En cuanto a ETA, «Rajoy tiene todo el apoyo para decirle a Zapatero lo que considere oportuno». Su opinión, en todo caso, es que «ETA tiene prisa, el Estado de Derecho, no».
- Juan V. Herrera (Castilla y León): «No a la trampa de la confrontación».

El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, reconoce que el cambio de Gobierno «preocupó» a algunos de sus «amigos» en el PP, que en seguida reclamaron nuevas respuestas a lo que él mismo adelantó como un simple «golpe de efecto» y de «distracción» de los Presupuestos. «Todo menos dejarnos condicionar por los estertores estéticos de un Gobierno en caída libre», dijo.

En su opinión, «todo ha vuelto rápidamente a una situación similar a la anterior a la reestructuración», esto es, a la evidencia de la crisis y la debilidad del Gobierno, después de unos breves días en que éste ha ensayado «la confrontación». Jefe de filas del alcalde de Valladolid, cuyas declaraciones han sido convenientemente «estiradas» por los socialistas, «pese a haber pedido perdón», Herrera apuesta por la «tranquilidad» como mensaje básico del PP. «La sociedad», argumenta, «está harta de confrontación. No hay que caer en la trampa». Además, comparte la necesidad de «afinar» la alternativa, pero cree que los españoles «ya la tienen asumida» desde 1996. En cuanto a ETA, es el más tajante en pro de la «unidad» entre Rajoy y Zapatero.

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