miércoles, 10 de noviembre de 2010

Emilio Massera. Un símbolo de la dictadura argentina

Ramy Wurgaft (El Mundo)

Tema: Historia

Había algo inquietante en la personalidad de Emilio Eduardo Massera, que atraía sobre él tanto la admiración, como la envidia o la desconfianza de sus semejantes. «Siempre cultivó la imagen de un personaje misterioso que podía ser un ferviente católico a la vez que un libertino. Un marino respetuoso de los códigos de la Armada y un intrigante. Un promotor de los peores atropellos contra los derechos humanos y un crítico de las persecuciones arbitrarias... Un enigma al fin», dijo ayer al enterarse de su muerte Andrés Filippo, un ex compañero de armas.

Fornido, con cejas espesas y fuerte mandíbula, Massera, alias El Negro, fue uno de los integrantes de la Junta Militar que en 1976 tomó el poder tras derrocar al inestable Gobierno de Isabel Perón. Desde el comienzo, el jefe de esa camarilla, Jorge Rafael Videla, se preocupó por tenerlo cerca. No por afecto, sino por la desconfianza que le inspiraba aquel caballero del mar, de largos silencios y dueño de una vistosa colección de uniformes hechos a medida.

Nacido el 19 de octubre de 1925 en Paraná, Massera ingresó en la Escuela Militar de la Armada en 1942 y cuatro años más tarde en el Interamerican Defence College de Washington, donde se especializó en guerra antisubversiva. El por entonces capitán de navío se graduó con los más altos honores y uno de los instructores, James Forrestal, profetizó que «this argentinian kid [este chico argentino] llegará tan lejos como quiera llegar».

El pronosticó no pudo ser más acertado pues el 23 de agosto de 1974, el caudillo Juan Domingo Perón le colgó los galones al más joven almirante en la historia de la Marina. Antes de que aflorara su vocación golpista, Massera condecorado por los gobiernos de 17 países, entre los que se contaban los de España, Chile, México o Sudáfrica. «Emilio era un oficial que sin decir una palabra sabía como destacar. Era un imán para los elogios y las medallas», cuenta Filippo en referencia a los títulos de doctor honoris causa que le confirieron, entre otras, la Universidad John F. Kennedy.

Desde que se constituyó la Junta, el almirante se impuso dos tareas. La primera, lograr que la Marina tuviese un protagonismo similar al del Ejército de Tierra en el manejo del país y en la repartición del botín sustraído a las víctimas. La segunda, imponer a la sociedad «las ideas de la civilización occidental y cristiana» en las que él mismo se había formado.

La relación de Massera con la cúpula de la Iglesia católica siempre fue excelente. La curia paso por alto uno de sus pecados de juventud: el haber pertenecido a una logia de la masonería italiana –la P2– de la cual se dice que fueron miembros Perón y numerosos industriales y políticos italianos, entre ellos Silvio Berlusconi.

Bajo el mando de Massera, la Armada cobró un notable protagonismo en el aparato represivo que se armó para crear «una nueva Argentina », liberada de la «decadencia moral» en la que había caído Occidente por obra del comunismo. Basta con mencionar la metamorfosis que se produjo en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) que de ser una prestigiosa academia castrense se convirtió en el principal centro de tortura del régimen. La Marina de esos tiempos también destacó por conformar los más feroces grupos de tarea que se crearon para secuestrar a los disidentes, reales o imaginarios.

Massera se apartó del Gobierno de facto en 1978. En los círculos de poder se difundió el rumor de que estaba enfermo, o de que Videla ya no soportaba sus escandalosos amoríos, que también eran el calvario de su legítima esposa. Se decía, por ejemplo, que Massera había ordenado matar al empresario Fernando Branca porque era amante de su mujer, Martha Rodríguez McCormack.

En abril de 1985, Massera fue juzgado y condenado a cadena perpetua por tres homicidios, 12 tormentos, 69 privaciones ilegales de libertad y 7 robos. En 1990 fue indultado por el entonces presidente Carlos Menem, pero 8 años más tarde regresó a prisión por delitos considerados imprescriptibles: secuestro y robo de niños... En el 2002 ingresó en el hospital tras sufrir un aneurisma cerebrovascular, por el cual se paralizaron las causas en su contra.

Emilio E. Massera, miembro de la Junta Militar que tomó el poder en Argentina en 1976, nació en Paraná el 19 de octubre de 1925 y murió ayer en Buenos Aires.

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