sábado, 13 de noviembre de 2010

El paraíso fiscal (católico)

Juan G. Bedoya (El País)

Tema: Religión

El dinero es muy católico, aún el laicista radical. Vean, si no. El Gobierno de Zapatero dará en 2011, cada mes, a la Iglesia romana en España 13,26 millones de euros para sueldos de eclesiásticos y otras actividades de culto. Así aparece en la disposición adicional novena del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado que se tramita estos días en las Cortes. Para el resto de las confesiones calificadas oficialmente "de notorio arraigo", seis ahora mismo en España, hay cinco millones para todo el año, y con la condición de que no los usen para salarios o temas de culto.

Hay más. Los 13 millones largos que Hacienda ingresará mensualmente en una cuenta corriente de la Conferencia Episcopal son una mínima parte del dinero que esa confesión recibirá del Estado ese año. De las cuentas públicas estatales, regionales o municipales salen cada año, además, 3.000 millones para financiar los colegios católicos concertados (cifra oficial de 2008), y otros tantos millones -hasta sumar 6.000 millones largos de euros- para sueldos de profesores de catolicismo en las escuelas, de capellanes de cárceles, hospitales y del Ejército (incluido el salario del arzobispo vicario general castrense con grado de general de división, cuyo nombramiento hacen conjuntamente los Jefes de Estado español y del Vaticano), y también cientos de millones para construcción, reforma o mantenimiento del ingente patrimonio arquitectónico eclesiástico, entre otras muchas cifras.

A eso hay que sumar el ahorro de la Iglesia católica en impuestos, pues los ministros de culto tienen un régimen fiscal mucho mejor que los funcionarios del Estado. Es más, la jerarquía disfruta de un paraíso fiscal absoluto, salvo el pago del IVA, y esto desde hace tres años.

No es verdad que una parte de esos ingresos procedan del bolsillo de los católicos a través de la famosa equis en el IRPF. Los obispos suelen decirlo, pero sin razón. El católico español no paga impuestos para su Iglesia. Lo que hace en su declaración de la renta es pedir a Hacienda que un 0,7% de su cuota fiscal lo desvíe hacia el episcopado. Es decir, no paga ni una peseta más al fisco que los ateos, los protestantes o los judíos. Eso ocurre en otros países, pero no en España.

Aquí, el fracaso del llamado impuesto religioso ha sido antológico. Pese a haberse comprometido la Conferencia Episcopal, e incluso el Vaticano, a buscar formas de autofinanciación cuando se firmó, en 1979, el concordato entre ambos Estados, nunca lo intentaron. Se dice en aquel acuerdo: "La Iglesia católica declara su propósito de lograr por sí misma los recursos suficientes para la atención de sus necesidades".

Peces Barba, que era aquel año portavoz del PSOE en el Congreso, dijo entonces: "Los socialistas tomamos buena nota de este propósito, y lo alentaremos en todo lo posible para que de verdad se profundice en la idea de un Estado libre en una Iglesia libre, porque, efectivamente, los vínculos económicos, en una u otra fórmula, suponen una discriminación de la libertad mutua".

Los obispos nunca cumplieron el compromiso. Es más, pidieron muchas veces que se les liberara de hacerlo. Ni Adolfo Suárez, ni Calvo Sotelo, ni Felipe González ni José María Aznar hicieron caso. Zapatero, sí. Peor. Este Gobierno, además de liberar a los prelados de aquella promesa legal -los Acuerdos con el Estado vaticano tienen rango de ley orgánica-, acordó en 2007 aumentarles un 34% el porcentaje de la cuota del IRPF que reciben. Pero Roma sigue predicando que Zapatero es un laicista agresivo. Como dice el poeta, les ha dado un pedazo y se lo quieren entero.

1 comentario:

  1. El asunto es peor aún de cómo lo pintas, diría yo.

    Resulta que Hacienda, cuyo cometido es recaudar impuestos para el sostenimiento de las actividades del Estado en su conjunto, está actuando de recaudador directo de una confesión religiosa concreta (la Iglesia Católica), lo cual, ya de por sí, desvirtúa totalmente la "supuesta" aconfesionalidad de que gozamos pero, aún así, el tema es más injusto, dado que, con la fórmula ideada por Zapatero seguimos pagando directamente a la Iglesia tanto los católicos, como los no católicos, y lo digo a través de un ejemplo:

    Dos personas que se hallan en situación económica idéntica cuya única diferencia es que uno es cristiano y quiere dar un 0,7% a la Iglesia y el otro es Ateo (o de otra confesión religiosa) y no quiere darle a la Iglesia Católica ese 0,7%; por ello, el primero de ellos pone la "X" en la casilla correspondiente y, el otro, no la pone. Pues bien, visto así, parecería que se ha actuado correctamente, cuando no es así; básicamente, porque el creyente ha contribuido con el "fisco" un 0,7% menos que el no creyente, ya que ese porcentaje va a ir para sufragar directamente la actividad de la Iglesia, cuando, en el caso de la persona que no ha puesto la "X" en esa casilla ese 0,7% va a servir para que todos aquellos que quieren contribuir con la Iglesia disfruten de una mejor Sanidad, Educación, etc., es decir, se saca el 0,7% de lo que todos deberíamos pagar, por lo tanto, yo también, aunque no ponga la dichosa "X", estoy contribuyendo con la Iglesia.

    Lo que sería de justicia es que, quien quiere contribuir con la Iglesia pague sus impuestos y, si lo desea, que al poner la "X" le cobren un 0,7% de más, de ese modo tanto el creyente como el no creyente estaría contribuyendo por igual al "fisco" y, además, al que desee que Hacienda actúe de recaudador para el mantenimiento de la Iglesia, pues que se le cobre el 0,7%, pero a parte de lo que debería de pagar.

    Es injusto que yo, que no pongo la "X", esté contribuyendo para el mantenimiento del Estado con un 0,7% más que el creyente, totalmente injusto y más, que pretenda venderse todo como una fórmula que hace que paguen sólo quienes quieren pagar a la Iglesia, porque no es así... ese dinero, sale de todos.

    Claro está que, si esta fórmula justa se aplicase, nadie contribuiría con un 0,7% de más (o muy poca gente), con lo que la Iglesia saldría directamente perjudicada.

    Pero además, Zapatero, ante el temor de que la Iglesia Católica pudiera salir perdiendo y éstos se le revelasen, optó por subir el porcentaje, puesto que anteriormente, la cantidad con la que contribuía el Estado para sufragar los gastos de la Iglesia era mucho menor, tanto es así que (si mal no recuerdo), cuando se aplicó por vez primera esta fórmula de la casilla de la "X", la Iglesia ingresó unos 11 millones de euros más de lo que ingresaba habitualmente hasta ese momento...

    Es un asuto que me indigna...

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