sábado, 13 de noviembre de 2010

Fraude masivo a las víctimas del Holocausto. Responsables de una organización judía interceptaban las ayudas de Alemania

Rosalía Sánchez (El Mundo)

Tema: Corrupción

Eran los encargados de distribuir las ayudas que Alemania sigue pagando a los supervivientes de los campos de concentración. Pero en lugar de eso recibían jugosas comisiones para interceptarlas, impedir que llegasen a las auténticas víctimas del Holocausto y hacerlas llegar a estafadores, en su mayoría rusos. Para justificarlo, se servían de expedientes falsificados. En total se han estafado unos 42 millones de dólares (30,2 millones de euros).

Al menos seis empleados de la Confederación de Reclamaciones de Materiales Judíos contra Alemania, con sede en Nueva York, participaban en este fraude masivo, para el que se falsificaron pasaportes a los que se alteraba la fecha de nacimiento o se pegaban fotografías de quienes se hacían pasar por supervivientes. Esta Confederación es la encargada de decidir los destinatarios finales de las ayudas, ya que el Estado alemán efectúa los pagos en conjunto pero deja a la comunidad judía la potestad de distribuirlos según le parezca más conveniente.

En los últimos 16 años y a causa de este fraude, se habrían denegado ayudas a supervivientes de los campos de concentración que hoy en día sufren necesidades económicas mientras que el dinero iba a parar a identidades falsas, a personas que ni habían nacido en 1945. Al menos en uno de los casos, el beneficiario ni siquiera es judío. Tras recibir los cheques de compensación, los beneficiarios pagaban una comisión a los organizadores de la estafa. Un total de 4.957 personas recibieron así indemnizaciones fraudulentas entre 2000 y 2009.

Según informaba ayer en portada el diario alemán Süddeutsche Zeitung, 17 personas han sido imputadas y podrían ser condenados a penas de hasta 20 años de cárcel, además de multas de 250.000 dólares. Uno de los seis detenidos es Semyon Domnister, el director del programa hasta que fue despedido en febrero. Las sospechas surgieron en el seno interno de la Confederación, que acudió al FBI en diciembre de 2009.

Los fondos más afectados y cuya cuantía ha desaparecido casi en su totalidad son el establecido en 1980, con un pago único de 3.600 dólares a los judíos supervivientes, y el creado en 1995, que provee una ayuda mensual de 411 dólares de por vida a judíos necesitados que estuvieron presos en campos de concentración o vivieron en guetos.

Lamentablemente, no es la primera vez que la memoria de las víctimas del Holocausto es mancillada por usurpadores. Uno de los tristes precursores en este campo fue el español Enric Marco, que durante décadas fingió haber sido el prisionero número 6.448 del campo de Flossenbürg y que llegó a presidir Amical de Mathausen, organización de supervivientes del nazismo en España. Con su conmovedor testimonio, según los cronistas parlamentarios, hizo llorar a Carme Chacón y a Rubalcaba durante su testimonio, en enero de 2005, ante el Congreso de los diputados, poco antes de que se descubriese que era un impostor.

La estafa recién descubierta no es un caso aislado, sino un fraude organizado que ha dejado boquiabierta a la ciudad de Nueva York, sobre todo por el hecho de que hayan sido apreciados miembros de la comunidad judía los que se lucraban con el robo a las víctimas del Holocausto.

«Si había alguna causa que se pudiera esperar que fuera inmune a la codicia y al fraude criminal, esa era la de la Conferencia, que cada día ayuda a miles de personas mayores y con problemas económicos que sufrieron la persecución nazi», ha declarado el fiscal Pete Bharara de la Corte Federal en el Distrito Sur de Nueva York. El superviviente del Holocausto Ernest Michel no daba ayer crédito: «Es inconcebible que los propios judíos hayan robado el dinero de las víctimas del nazismo».

En Berlín, un portavoz del Departamento de Hacienda informó ayer que se está estudiando en qué forma los fondos pueden ser reclamados y las víctimas resarcidas. La investigación del FBI y los fiscales aún no ha concluido.

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