domingo, 14 de noviembre de 2010

El 'legado Guerrero' se irá de Granada. Los herederos del pintor deciden sacar las 60 obras del museo que lleva su nombre

A. García, I. Seisdedos (El País)

Tema: Cultura

La decisión pone fin a las disputas con la Diputación sobre el futuro del centro.

El legado de José Guerrero (1914-1991) abandona Granada, la ciudad natal del artista. Ya lo hizo una vez en 1945, rumbo a Madrid, primero; París, después; y finalmente Nueva York, donde haría historia del expresionismo abstracto estadounidense junto a Mark Rothko o Jackson Pollock. Sus herederos comunicaron ayer que sacarán de la ciudad el legado que hasta ahora ha albergado el centro que lleva su nombre: un total de 60 piezas (entre pinturas y dibujos), su archivo y su biblioteca. Un conjunto, representativo de una obra de gran valor en la historia del arte español del siglo XX, en torno al cual se articula el Centro José Guerrero, en el centro histórico de la ciudad. ¿El destino?: un guardamuebles anónimos de Madrid.

Es el punto final a un año y medio de negociaciones, amenazas y promesas entre la Diputación Provincial de Granada (PSOE e IU) y los herederos del artista, Tony Guerrero y Pep Aubert (viudo de Lisa Guerrero, fallecida en noviembre de 2009). "Los cuadros y el legado que han formado el núcleo del Centro José Guerrero irán ahora a nuestro almacén", explicaba Tony ayer por correo electrónico desde Nueva York, donde reside. "Han sido unos 10 años extraordinarios, inspiradores, llenos de color y del espíritu de mi padre que, ahora sí, llegan a su fin".

El comienzo de esta historia se remonta a 1999, cuando la familia donó los cuadros a Granada por un periodo prorrogable de 10 años. La figura jurídica que servía de paraguas a la cesión era la del comodato, un contrato por el que se entrega una especie, mueble o bien raíz para que se haga uso de ella con cargo de restituir la misma especie después de terminado el uso.

Cuando las partes quisieron renovar el acuerdo a principios de 2009 llegaron los problemas. La Diputación quería mayor control sobre las decisiones del museo, ejercido a través de la creación de una fundación granadina de arte contemporáneo; los herederos pedían "independencia" y continuar con "una línea de exposiciones de vocación internacional y no derivarla hacia el programa de carácter localista que nos proponían", explicó Tony Guerrero en una entrevista reciente con este diario.

Las aspiraciones de la familia pasaban por crear una fundación que "garantizara las buenas prácticas". Esta estaría gobernada por un patronato integrado por expertos en la obra del pintor (con el 30% de los votos), los familiares (30%) y la Administración (40%). Asunción Pérez Cotarelo, diputada de Cultura, explicaba ayer a Efe que la pretensión real de los Guerrero era "constituir una fundación absolutamente privada con dinero público".

El sentir de la mayoría de los actores culturales de la ciudad, proclive a mantener el museo en funcionamiento y, sobre todo, los esfuerzos de la Plataforma por el Centro José Guerrero -que recogía adhesiones hasta ayer mismo en Internet- no lograron que las partes acercasen posturas. La línea de no retorno quedó definitivamente cruzada para los familiares cuando la Diputación decidió en septiembre no renovar el contrato a Yolanda Romero, directora del museo desde su fundación y persona cercana a la familia. Consideraron entonces "que el más elemental acuerdo había quedado roto".

"Los responsables políticos han cometido un error tremendo al dilapidar un legado como este", opinaba ayer Romero, quien recordó que Guerrero, "un artista que cotiza al alza", figura en colecciones como "el Reina Sofía, el Guggenheim de Nueva York, el Whitney o el Metropolitan".
Dos ofrecimientos trataron de enderezar la situación. El Ayuntamiento de Granada (del PP) ofreció en septiembre tres salas del Centro Manuel de Falla, que a la familia le parecieron insuficientes. A principios de noviembre Caja Granada mantuvo reuniones con los herederos para que la obra se atesorase en su "moderno centro cultural". El jueves, la entidad financiera emitió un comunicado, que recogía la respuesta de los Guerrero: "Supone una limitación insoslayable la integración de la programación del que podría ser Museo Guerrero con la más amplia y diversa actividad que programa por su parte el Centro Cultural Caja Granada".

Tras el portazo definitivo, queda un interrogante: ¿seguirá el Centro José Guerrero vaciado de contenido llamándose así? "Eso es impensable", zanjaba anoche Tony Guerrero. Cotarelo, diputada de Cultura, no supo precisar ayer cuándo el museo cambiará de nombre, aunque garantizó que cuando los cuadros lo abandonen (antes del 31 de diciembre), continuarán las actividades y exposiciones de "primer nivel".

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