viernes, 26 de noviembre de 2010

El ex presidente congoleño Bemba, juzgado en La Haya. El TPI abre el proceso por crímenes de lesa humanidad

Laia Forès (La Vanguardia)

Tema: República Democrática del Congo
Vestido con un traje azul marino y una corbata azul claro, el vicepresidente de Congo del 2003 al 2006, Jean-Pierre Bemba, asistió ayer al primer día de su juicio en el Tribunal Penal Internacional (TPI), en La Haya. Está acusado de cinco crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos presuntamente en la República Centroafricana entre el 2002 y el 2003. Aunque el tribunal de La Haya ya está juzgando a ex rebeldes congoleños, esta es la primera vez que juzga por crímenes de guerra a alguien que ocupó un cargo de responsabilidad en el Gobierno de Congo.

Bemba, de 48 años, dirigía entonces el Movimiento de Liberación de Congo (MLC), un grupo miliciano que ayudó al que era el presidente de la República Centroafricana, Ange-Félix Patassé, a intentar contener el golpe liderado por el rebelde François Bozizé. Finalmente, los 1.500 miembros del MLC no pudieron frenar a Patassé –quien se hizo con el poder en el país–, pero en su intento cometieron crímenes atroces, como violaciones para atemorizar a la población civil, asesinatos a sangre fría y pillajes. “Eran crímenes para humillar y dominar”, aseguró ayer en rueda de prensa el fiscal jefe del TPI, Luis Moreno Ocampo.

El juicio es histórico no sólo porque nunca antes se había sentado en el banquillo de los acusados de La Haya un alto cargo congoleño, sino también porque “por primera vez en la historia de la justicia internacional un jefe militar es juzgado por su responsabilidad indirecta por violaciones cometidas por sus hombres”. Según los alegatos de la fiscalía, el ex vicepresidente congoleño no participó activamente en los atropellos cometidos por los miembros del Movimiento de Liberación de Congo, pero no hizo nada para evitarlo. Además, según la acusación, su liderazgo y poder al frente del MLC está fuera de toda duda. De hecho, Bemba utilizaba el MLC como si fuera “su propia empresa” y tomaba todas las decisiones.

Como acostumbra a ocurrir en crímenes de guerra, el relato de las víctimas –las que sobrevivieron– es escalofriante. Moreno Ocampo explicó que los miembros del MLC se dividían en grupos de entre dos y cuatro soldados para ir casa por casa violando a mujeres, a niños e incluso a ancianos, robando lo que encontraban y matando a cualquiera que opusiera resistencia. A veces, las violaciones se cometían en público. Según la acusación, sólo en Bangui, la capital centroafricana, los hombres de Bemba cometieron 400 violaciones. El fiscal general subrayó en el inicio del juicio que los miembros del MLC “robaron a la gente más pobre de uno de los países más pobres”.

Está previsto que en el proceso iniciado ayer y presidido por la juez brasileña Sylvia Steiner, comparezcan 40 testigos. En total se han admitido las denuncias de 759 víctimas, aunque la mayoría estarán representadas en el juicio por dos abogados. Si se prueban los hechos juzgados, las víctimas y sus familias podrían ser indemnizadas. El tribunal de La Haya, además, aún tiene que estudiar el dossier de más de 600 afectados, con lo que el total de víctimas podría superar el millar.

Si es declarado culpable, Jean-Pierre Bemba podría ser sentenciado a cadena perpetua. El ex vicepresidente congoleño se declaró ayer inocente a través de sus abogados. En unas declaraciones a la agencia France Presse, la defensa aseguró que Bemba es inocente porque “combatió con el uniforme y bajo bandera centroafricana”, motivo por el cual eran las autoridades del país las responsables “del mando efectivo y la disciplina” de los hombres que combatían a los rebeldes de Bozizé. Sus abogados han intentado en los últimos meses todas las artimañas posibles para evitar el juicio desde que el acusado fue detenido en el 2008. Tras desestimar todas sus peticiones, ayer Bemba se sentó en el banquillo.

- Bemba huyó para no ser juzgado.

Jean-Pierre Bemba ocupó la vicepresidencia de RD Congo durante tres años y ahora podría convertirse en el primer alto cargo congoleño en ser condenado por el TPI. Huyó de la República Democrática de Congo en el 2007 y fue detenido en Bruselas por las autoridades belgas en mayo del 2008, tras la orden de detención emitida por el tribunal, que también ha embargado sus bienes.

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