viernes, 26 de noviembre de 2010

Los liberales barren a los nacionalcatólicos en las locales polacas

Macief Stasinski (La Vanguardia)

Tema: Elecciones

El partido liberal gobernante, Plataforma Cívica, triunfó el domingo en las elecciones provinciales y municipales polacas, haciéndose con el poder en la gran mayoría de las provincias y grandes ciudades del país. Los nacionalcatólicos de Ley y Justicia pierden posiciones y probablemente no gobernarán en ninguna de las provincias ni principales ciudades. Según los resultados parciales del 90% de las mesas, los liberales obtuvieron cerca del 32%, frente a un 23% de los nacionalcatólicos y un 15% de los socialdemócratas y campesinos cada uno.

Sin embargo, estos porcentajes –que significan cinco puntos más en el caso de los liberales y dos puntos menos en el de los nacionalistas con respecto a las elecciones de hace cuatro años– no reflejan las relaciones de poder local real entre ambos partidos. Porque de las 16 provincias polacas los liberales obtuvieron la mayoría de votos en trece parlamentos locales (en el 2006 la tuvieron en nueve) y los nacionalistas sólo en uno (hace cuatro años, en seis), con el agravante de que ni en esta última Ley y Justicia podrá gobernar porque su falta de capacidad para entablar alianzas debido a su carácter de partido cada vez más antisistema lo condena a estar en la oposición aun cuando dispone de mayoría relativa.

Los liberales conquistaron el poder también en la capital, Varsovia, y la mayoría de las capitales de provincia y otras grandes ciudades, como Gdansk, Poznan o Cracovia. Los nacionalistas no tienen ninguna ciudad grande. Algunas alcaldías, como Poznan o Wroclaw, fueron conquistadas por candidatos independientes con fuerte arraigo local y respaldo sólido a raíz de su buena gestión en la legislatura anterior.

Los resultados de las municipales del pasado domingo son la última prueba electoral antes de los próximos comicios parlamentarios, previstos para el 2011, cuando Polonia asumirá la presidencia en la UE. Indican que el partido liberal gobernante, que hoy une la jefatura del Ejecutivo, la presidencia de la República y la mayoría de las provincias y municipios, ha consolidado todavía más su dominio de la política interna frente a una oposición nacionalista en toda regla que, sin embargo, acaba de perder ya la sexta elección desde que Ley y Justicia, el partido de los hermanos Kaczynski, fue apartado del Gobierno en las elecciones legislativas del 2007.

Hoy, los nacionalistas encabezados por Jaroslaw Kaczynski, quien perdió a su hermano gemelo, Lech, entonces presidente, en un accidente aéreo el pasado abril, se están sumiendo en una profunda crisis debido a su esforzado empeño por exigir responsabilidades por el citado accidente –del que acusan al Gobierno liberal y a Rusia–, así como a su postura de extrema hostilidad hacia el Gobierno de Donald Tusk, al que niegan no sólo mérito político alguno, sino hasta su patriotismo, y al que culpan de haber convertido Polonia en un “protectorado de Rusia y Alemania”.

El extremismo de los nacionalistas ha ido decepcionando incluso a sus colaboradores más incondicionales, a quienes el líder acabó expulsando del partido por desleales, purga que provocó una deserción de unos cuantos líderes más, que ahora planifican constituirse en grupo parlamentario y partido político propio.

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