sábado, 27 de noviembre de 2010

Mi primer voto Chispas

Llucia Ramis (El Mundo)

Tema: Elecciones

Los estudiantes del 68 iban a comerse el mundo. Nosotros no nos comimos un rosco. Y los de ahora son anoréxicos, no se tragan nada y ni siquiera se llenan de orgullo. En la plaza cívica de la Universidad Autónoma de Barcelona sólo los alumnos de 1º de Políticas y alguno de Sociología se han acercado a escuchar a Gaspar Llamazares. «No somos representativos », reconocen, «los jóvenes pasan de esto». Diría que los menos jóvenes también, a no ser que sean periodistas.

Todos se estrenarán el domingo. Está el independentista al que no le cae bien Puigcercós y busca en Iniciativa una alternativa verde. Y también está el militante de Convergència, que lleva la Ciencia de la Administración bajo el brazo y asistirá por curiosidad a un discurso que no le convence. Están el que votará en blanco y pide que eso se traduzca en escaños vacíos, y el que aún no ha decidido. A ver qué les enseñan en clase. Jorge, 18 años, es de izquierdas, socialista y defensor del medio ambiente; opta por Herrera, pero añade: «Ahora necesitamos un Gobierno más de derechas para activar la economía». Sus compañeros le abuchean. ¿Se refiere a CiU? «Claro, no será a Ciutadans». ¿Considera que el PP es de derechas? «Evidentemente, pero tampoco me refiero a ellos». ¿Cree que ICV-EUiA tiene opciones con Mas? «Es el contrapunto necesario».

También estuvieron aquí para ver a Albert Rivera, «un sofista», como lo define Esteve; «un demagogo», según Gerard. Eso de que los artistas de la ceja hayan pasado de defender a Zapatero a pedir el voto para Flanders les parece raro. Ya está que, si los políticos hacen teatro, los actores pueden hacer política, «pero quedan como unos chaqueteros», dice Antonio, que aún cree en la ideología ideal.

Empieza el acto en una sala repleta. El primero que habla es uno de esos chicos de los queme hubiera enamorado durante la época en la queme colaba en el metro porque los billetes eran muy grandes y de cartón y poco ecológicos y quería proteger a los árboles. Luego le toca al diputado de IU y lo que dice podría resultar fascinante si él no fuera tan médico de cabecera. Me quedo con lo de: «Estamos ante una crisis política y ante una crisis profunda de la izquierda». De acuerdo, ¿y cómo piensa solucionar eso? ¿Hablándoles a estos chavales de Azaña y utilizando una palabra como cicatera? ¿Preguntándose por qué lo llaman reforma cuando quieren decir recorte? ¿Poniendo como ejemplo al tigre desdentado de Irlanda o la homeopatía que pretende curar con la misma medicina que nos enfermó? Peor Jordi Miralles, que empieza recordando a Franco y culpando de todo a los medios de comunicación.

Llamazares explica que el anterior cambio político de Cataluña supuso «el fin del régimen aznariano y un impulso social federalista». Por eso todo el país está tan pendiente de lo que ocurra ahora. Vaya, pues si supiera el país lo poco pendientes y dependientes que están los catalanes de sus propias elecciones, entenderían en qué sentido representan la independencia. Antes de irme, por pura nostalgia, me asomo al bar de la facultad donde cambié el mundo tantas veces. Y donde ni siquiera el mundo logró cambiarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario