sábado, 18 de septiembre de 2010

El PSE asume como inevitable el pacto Zapatero-PNV, pero espera rentabilizarlo

Tema: Presupuestos Generales del Estado

El PSE y el propio Gobierno vasco ven inevitable el pacto entre José Luis Rodríguez Zapatero y el PNV que, para empezar, permitirá la llegada a Euskadi de las políticas activas de empleo. Los socialistas vascos son conscientes de que la debilidad parlamentaria que padece José Luis Rodríguez Zapatero sitúa a los jeltzales en una posición privilegiada para negociar y al PSE en la complicada tesitura de explicar cómo un acuerdo que, según su versión, tenía al alcance de la mano ha sido finalmente cerrado por su principal adversario político. En cualquier caso, el partido liderado por Patxi López y el propio Ejecutivo autónomo creen que tras el «minuto de gloria que va a tener el PNV», será el Gobierno el que «rentabilice» el traspaso al disponer de una importante cantidad de dinero para la formación de parados.

La cuantía final está por ver. En principio, rondará los 400 millones de euros, por encima de los 370 que habían negociado en verano los gobiernos central y vasco, pero sin llegar a los 480 que exigía Sabin Etxea. Lo que todo el mundo da por hecho es que la transferencia llegará en los próximos días. Incluso, no se descarta que el pacto se selle a mediados de la semana que viene.

Además, el acuerdo también permitiría a Euskadi gestionar las bonificaciones a la Seguridad Social de las que se benefician las empresas por contratar personal en determinadas circunstancias, pero manteniendo la máxima de que será el Estado el que seguiría recaudando para no romper la 'caja única'. Una fórmula que luego se extendería al resto de comunidades autónomas.

De concretarse de forma definitiva este modelo, concluiría un culebrón que ha complicado la vida del Gabinete López casi desde que tomó posesión de su cargo como lehendakari. La historia es conocida. Primero se esperaban para el pasado 1 de enero, después para primavera, para antes de verano... La última previsión que manejaron los socialistas vascos fue mediados de septiembre.

Todos estos calendarios pretendían evitar la intromisión del PNV en las negociaciones. Pero la debilidad de Zapatero hizo saltar todo por los aires una vez más. Ya a mediados de julio, el presidente del Gobierno comenzó el cortejo del PNV en el debate del estado de la nación. A finales de agosto, y desde Shanghai, lo calificó de socio «preferente». Para entonces, el acercamiento era evidente. Días antes, el 24, Iñigo Urkullu se reunió con José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba, dos pesos pesados del Ejecutivo central y del PSOE.

El PSE dio por hecho que la agenda había cambiado. Durante las últimas semanas, Zapatero y López han mantenido varias conversaciones en las que el presidente del Gobierno ha trasladado al lehendakari que la aprobación de los Presupuestos es prioritaria y que su única tabla de salvación es el PNV. Otros miembros del Ejecutivo autónomo y de Lehendakaritza también han estado al tanto del contenido de las negociaciones desarrolladas en Madrid. El argumento es compartido por el Gobierno vasco y el PSE, donde se tiene el convencimiento de que «ni al PNV» le conviene un adelanto electoral.

- Futuro discurso.

Conocido el escenario, ahora se trata de resituarse. Ayer mismo, el lehendakari insistió en San Sebastián durante un encuentro con diputados y parlamentarios del PSE en que su Gobierno también tenía previsto reclamar las bonificaciones empresariales. Según esta tesis, de lo que se trataba era de cerrar primero el traspaso de las políticas activas y dejar para más adelante la negociación sobre dichas bonificaciones. Un planteamiento rechazado por Urkullu, quien en un desayuno informativo celebrado en Bilbao reprochó a López por atenerse al «criterio y la interpretación restrictiva del Gobierno español». «En la práctica está asumiendo que no ha negociado realmente como se debía y podía», sostuvo el presidente del PNV, quien aparece como el 'ganador' de esta partida.

Sin embargo, en el PSE se piensa que es una victoria temporal. «Al final, quien va a gestionar esas políticas activas va a ser Gemma», sostiene un miembro del partido en alusión a Zabaleta, la consejera de Empleo. Se alude, por ejemplo, a la potenciación de Lanbide para dar la vuelta a la tortilla mediática. Además, los socialistas insistirán los próximos días -sobre todo, en el debate de política general del jueves- en que fue López el que arrancó el proceso negociador, algo que, en su opinión, no hicieron los nacionalistas mientras Juan José Ibarretxe estuvo en el Gobierno. Los más pesimistas recuerdan, por contra, que la negociación presupuestaria no ha hecho más que empezar. «Habrá que ver cómo juega el PNV», dicen.

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