La Xunta se centra en ese apartado ante su escaso margen para reducir el gasto corriente y personal. La deuda de las comunidades supera por primera vez los 100.000 millones.
Fernández Currás rebaja de 1.600 millones a 799 la aportación del Gobierno autónomo a las inversiones reales.
Al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, le quedan por delante cuatro semanas para levantarse de la reunión del Consello y anunciar el recorte del gasto más drástico de la historia de la autonomía, que se traducirá en la reducción de unos 1.000 millones de euros y que, sobre todo, dañará los motores de la inversión pública. Eso es al menos lo que se desprende de una circular remitida por la responsable de Facenda, Marta Fernández Currás, a todas las consellerías con el fin de pedirles que reduzcan en un 54% sus gastos de capital (inversiones y transferencias), tras constatar el escaso margen de la Administración para rebajar sus costes de funcionamiento y de personal.
La circular de la conselleira, a la que ha tenido acceso La Voz a través de un alto cargo, da fe del alcance que tendrá el ajuste presupuestario que está preparando la Xunta y de las dificultades de algunos departamentos para cumplir con lo que les exigen desde la Dirección Xeral de Orzamentos. Tanto es así que, en el borrador presupuestario esbozado en julio, la previsión de gastos de capital de las consellerías excedía «en máis de 300 millóns de euros», dice la carta, la cifra objetivo reclamada por Fernández Currás.
Pero a un mes vista de la aprobación de los presupuestos, la conselleira pide a sus colegas de Gabinete que compensen la desviación de julio con un ajuste todavía más amplio, que deberá traducirse en «unha baixa do 54% nos fondos da comunidade autónoma», que la circular fija únicamente en un techo de 799 millones para el 2011, frente a los más de 1.600 millones del actual ejercicio.
Otros ingresos que conforman las inversiones y transferencias de la Xunta en favor de organismos dependientes o autónomos, como las universidades, son los fondos europeos y las aportaciones finalistas del Estado. También habrá una merma en este apartado, del 12,7%, pues se pasará de los 729 millones a una previsión de gasto de «636 millóns» para el 2011. En el contexto de esta petición de Facenda se enmarca, por ejemplo, la reprogramación del plan de infraestructuras anunciada por Agustín Hernández, que retrasará obras que no están en ejecución.
Contención del gasto corriente
Al margen de los gastos de capital, la comunicación de Currás revela el escaso margen que tiene la Xunta para meterle las tijeras a los gastos corrientes y seguir profundizando en las políticas de austeridad, algo que de lo que más presumió el Ejecutivo de Feijoo en su primer año.
De hecho, el recorte en este apartado (donde se incluyen los costes de funcionamiento de la Administración, los servicios sanitarios o las nóminas del personal) será más liviano y rondará solo el 2,7%. La circular detalla que el gasto corriente para el 2011 se irá a los 8.413 millones (casi el 80% del total presupuestado), lo que supondrá una merma de 232 millones con respecto a la cifra de este año.
Facenda da instrucciones a las consellerías para que detallen el ajuste en el gasto en tres niveles. Así, en primer lugar deberán valorar las inversiones «con contrato en vigor» o necesarias «para o mantemento dos servizos públicos básicos», como vacunas, incendios o sanidad animal, pues es la inversión prioritaria. En segundo orden de prioridad se sitúan «outros investimentos básicos» y, finalmente, el resto de inversiones, «que se deixarían de realizar -señala la carta- de non contar con financiamento abondo».
La Xunta maneja este año 11.052 millones, sin contar el dinero pedido a la banca. El presupuesto caerá en unos 1.000 millones para el 2011.
Fernández Currás rebaja de 1.600 millones a 799 la aportación del Gobierno autónomo a las inversiones reales.
Al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, le quedan por delante cuatro semanas para levantarse de la reunión del Consello y anunciar el recorte del gasto más drástico de la historia de la autonomía, que se traducirá en la reducción de unos 1.000 millones de euros y que, sobre todo, dañará los motores de la inversión pública. Eso es al menos lo que se desprende de una circular remitida por la responsable de Facenda, Marta Fernández Currás, a todas las consellerías con el fin de pedirles que reduzcan en un 54% sus gastos de capital (inversiones y transferencias), tras constatar el escaso margen de la Administración para rebajar sus costes de funcionamiento y de personal.
La circular de la conselleira, a la que ha tenido acceso La Voz a través de un alto cargo, da fe del alcance que tendrá el ajuste presupuestario que está preparando la Xunta y de las dificultades de algunos departamentos para cumplir con lo que les exigen desde la Dirección Xeral de Orzamentos. Tanto es así que, en el borrador presupuestario esbozado en julio, la previsión de gastos de capital de las consellerías excedía «en máis de 300 millóns de euros», dice la carta, la cifra objetivo reclamada por Fernández Currás.
Pero a un mes vista de la aprobación de los presupuestos, la conselleira pide a sus colegas de Gabinete que compensen la desviación de julio con un ajuste todavía más amplio, que deberá traducirse en «unha baixa do 54% nos fondos da comunidade autónoma», que la circular fija únicamente en un techo de 799 millones para el 2011, frente a los más de 1.600 millones del actual ejercicio.
Otros ingresos que conforman las inversiones y transferencias de la Xunta en favor de organismos dependientes o autónomos, como las universidades, son los fondos europeos y las aportaciones finalistas del Estado. También habrá una merma en este apartado, del 12,7%, pues se pasará de los 729 millones a una previsión de gasto de «636 millóns» para el 2011. En el contexto de esta petición de Facenda se enmarca, por ejemplo, la reprogramación del plan de infraestructuras anunciada por Agustín Hernández, que retrasará obras que no están en ejecución.
Contención del gasto corriente
Al margen de los gastos de capital, la comunicación de Currás revela el escaso margen que tiene la Xunta para meterle las tijeras a los gastos corrientes y seguir profundizando en las políticas de austeridad, algo que de lo que más presumió el Ejecutivo de Feijoo en su primer año.
De hecho, el recorte en este apartado (donde se incluyen los costes de funcionamiento de la Administración, los servicios sanitarios o las nóminas del personal) será más liviano y rondará solo el 2,7%. La circular detalla que el gasto corriente para el 2011 se irá a los 8.413 millones (casi el 80% del total presupuestado), lo que supondrá una merma de 232 millones con respecto a la cifra de este año.
Facenda da instrucciones a las consellerías para que detallen el ajuste en el gasto en tres niveles. Así, en primer lugar deberán valorar las inversiones «con contrato en vigor» o necesarias «para o mantemento dos servizos públicos básicos», como vacunas, incendios o sanidad animal, pues es la inversión prioritaria. En segundo orden de prioridad se sitúan «outros investimentos básicos» y, finalmente, el resto de inversiones, «que se deixarían de realizar -señala la carta- de non contar con financiamento abondo».
La Xunta maneja este año 11.052 millones, sin contar el dinero pedido a la banca. El presupuesto caerá en unos 1.000 millones para el 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario